El presidente pide el voto para "dejar al pacto Llamazares-Zapatero con un palmo de narices"
El domingo lo insinuó en Málaga. Ayer lo dijo por dos veces en Logroño. Una victoria del PP el 25 de mayo será, para José María Aznar, mucho más que ganar más ayuntamientos o más comunidades autónomas. Será también una forma de ratificar su política en la crisis de Irak. Por eso ayer pidió a sus partidarios, en un polideportivo con un aforo de 4.000 personas y que estaba lleno, que trabajen para que el PP gane las elecciones y así "dejar con un palmo de narices" a lo que él denomina "la coalición Llamazares-Zapatero".
Con esa reclamación arrancó y concluyó el mitin en la ciudad en la que empezó su trayectoria política, según relató él mismo, hace 25 años. Y volvió a dolerse ante los suyos por los ataques recibidos durante la crisis de Irak.
"Las cosas se ganan con trabajo, trabajo y trabajo. En esta década podemos llegar al pleno empleo"
"De la coalición PSOE-IU, lo que se ve no nos gusta, y lo que no se ve es todavía peor"
"Ahora tenemos que rematar la faena de esa respuesta formidable que habéis dado"
Hay frases que son de pronunciación diaria: "Quienes han querido utilizar atajos para doblegar al PP y al Gobierno se han equivocado y lo van a ver porque vamos a ganar las elecciones". Agradecimientos también cotidianos: "Por la lección democrática que habéis dado", les dice cada día a sus militantes para felicitarles por las escasísimas disensiones internas con que el PP respondió a la política del Gobierno sobre Irak pese al rotundo rechazo ciudadano. Y hay declaraciones que se incorporan cada día: "Tenemos que rematar la faena de esa respuesta formidable que habéis dado y dejarles con un palmo de narices".
El 25-M, pues, además de ganar ayuntamientos, Aznar pretende ampliar la longitud de las narices del contrario. Y ese contrario es el PSOE y su líder, José Luis Rodríguez Zapatero. Él le llama siempre "coalición Llamazares-Zapatero", le presenta "enrollado a la pancarta" y subraya que, en realidad, no tiene más que "una pancarta" tras la que se oculta "extremismo, radicalismo y pura ambición de poder".
Aunque ayer en Logroño el principal mensaje de Aznar era sobre ETA y la suposición que tiene el Gobierno de que se está fraguando un pacto entre los nacionalistas vascos y el entorno de la banda terrorista, Aznar no tuvo empacho en yuxtaponer esa crítica a la que dirigió al PSOE. Justo después de censurar la supuesta revitalización del Pacto de Estella, criticó las "aventuras" de "inestabilidad institucional", es decir, las propuestas de reforma de la Constitución o los Estatutos de Autonomía que plantean el PNV, el PSC y CiU.
"Volver a las andadas"
Pero ahí sólo criticó al PSOE: "Hace poco tiempo los españoles deseábamos ser normales", reflexionó. Pero ahora "esa coalición radical de Llamazares y Zapatero vienen a decirnos que tenemos que volver a las andadas", es decir, a reabrir el melón constitucional. "No juguemos con las cosas importantes porque ellos quieren jugar con las cosas importantes y con las cosas importantes no se juega", aseguró.
Esas cosas importantes son, para Aznar, la estabilidad institucional y la economía. Sobre economía, que cada día ocupa buena parte de su discurso, pronosticó acabar con el paro: "En esta década podemos llegar al pleno empleo", siempre y cuando, claro, siga gobernando el PP. Su opinión del PSOE la resumió ayer en estos términos: "De la coalición Llamazares-Zapatero lo que se ve no nos gusta. Y lo que no se ve es todavía peor porque probablemente ni lo saben ellos". La solución, por la que empezó y concluyó, es que los ciudadanos prefieran votar al PP. "Que ganemos por el bien del país", dijo al despedirse.
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