El vicepresidente de Bayer España arremete contra el Plan de la Química y el Turismo de Tarragona
La empresa química alemana alerta de que se ponen en peligro 30.000 empleos
El vicepresidente y consejero delegado de Bayer en España, Francesc Belil, advirtió ayer del peligro que entraña el Plan Director de la Química y el Turismo que diseña la Generalitat para regular que el polígono sur de Tarragona, donde está situada la empresa química. El plan prevé que la industria crezca por el polígono norte, en la zona de La Pobla de Mafumet, y las empresas quieren mantenerse en el sur. El beneficio neto de Bayer España en 2002 fue de 86 millones de euros. Bayer afirma que el recorte de empleo previsto por la firma no afectará a España.
Belil, que auguró el cierre de los polígonos y la pérdida de los 30.000 empleos que genera el sector si se pone en práctica el plan, entró así de forma directa en la polémica entre el sector químico y el turístico (que pretende la regulación del primero) que ha saltado últimamente a la palestra política con motivo de las elecciones municipales. Los socialistas y el sindicato UGT hicieron la semana pasada declaraciones muy similares a las de Belil.
El delegado del Gobierno de la Generalitat, César Puig, respondió negando el peligro de que disminuya el negocio de la industria en los polígonos con el plan. Belil aseguró: "Éste es muy problema muy serio que entre todos tenemos que reorientar", y añadió: "El plan director supone un cambio de modelo, incluso de país, de lo que habíamos venido teniendo hasta ahora y por lo que muchos de nosotros habíamos venido trabajando y hemos luchado con entusiasmo".
La empresa alemana confía en que el plan quede paralizado y sometido a nueva negociación. Para Bayer, la apuesta por el sector turístico en detrimento de la química implica romper el normal equilibrio de una economía abierta y poner trabas al mercado. El plan supone una regulación de ambos sectores, que han estado a la greña en los dos últimos años, y define sus áreas de crecimiento y las infraestructuras necesarias. A la industria química le molesta que la regulación sea mucho más rigurosa y estricta con su actividad y, en cambio, menos con el sector turístico, cuyo impacto ambiental es considerable, sobre todo por la construcción en la costa.
Belil realizó estas declaraciones ayer tras la presentación de los resultados de la filial española del Grupo Bayer, que obtuvo el año pasado un beneficio neto de 86 millones de euros, lo que supone un incremento del 115% respecto a los 40 millones de euros que ganó en 2001. Bayer consiguió este incremento gracias a que los resultados de 2002 se comparan con los del ejercicio 2001, que fue "excepcionalmente bajo", con un descenso de las ganancias del 41% por la retirada del medicamento contra el colesterol Lipobay. Además, la diferencia entre los activos comprados por Bayer España en 2002 y las desinversiones realizadas en dicho ejercicio permitieron a la compañía registrar un saldo positivo de 14 millones de euros. La facturación de Bayer el pasado año fue de 1.122 millones de euros, el 8% más que en 2001, de los cuales 810 correspondieron a las ventas en España y 312 a exportaciones.
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