Ronda, seducida por el turismo de calidad
Restaurantes, bodegas, hoteles con encanto y la programación cultural de la Maestranza recuperan en la ciudad un sello de señorío
Hasta 1991, la máxima aspiración de los rondeños era entrar a trabajar en la Caja de Ahorros de Ronda, que era el motor económico de esta ciudad señorial, tomada por los Reyes Católicos en 1485. Su entrada en Unicaja, en el 91, fue un golpe para la autoestima local. Hubo manifestaciones y protestas de todas clases. Se pensaba que el traslado de la central de la caja fusionada a Málaga iba a ser el fin del mundo. Unicaja dejó en Ronda su centro de proceso de datos y radicó en la localidad actividades como los cursos de verano.
Con el tiempo, el asunto ha dejado de ser polémico. Además, la emancipación del empresariado local, coincidiendo con el auge turístico, ha provocado una verdadera revolución. Las familias de larga tradición y sus casas señoriales se han adaptado a los nuevos tiempos con hoteles o restaurantes. Los descendientes de los nobles que conquistaron la ciudad, fundaron la Maestranza de Caballería en 1572. Y ahora cumplen un papel en el prestigio de Ronda. La Real Maestranza terminó de construir en 1785 una plaza de toros palaciega, de piedra, que hoy es la más antigua de España. La institución no vive del recuerdo. Organiza una renombrada semana de música, concede becas universitarias, da premios de investigación, publica libros y encarga a pintores de primera categoría los carteles de la corrida goyesca: Arroyo, Cárdenas, Úrculo, Pérez Villalta, y este año Barceló...
Un antiguo concejal de Turismo, Bosco Trigueros, hoy retirado de la política, advierte que hay que planificar el futuro: "Si no hay un modelo claro de desarrollo urbanístico de Ronda, nos convertiremos en un decorado sin personalidad en muy pocos años". Trigueros también señala que esta ciudad miró siempre más a Sevilla que a Málaga: "Ronda vive tan de espaldas a Málaga y a la costa como al Tajo, y nos guste o no, vive del mar". Ahora los rondeños van de compras a Marbella o Málaga. Y se quejan de que lo hacen por carreteras malas y estrechas.
Ronda es la tercera ciudad andaluza del interior en número de visitantes: 1,5 millones al año, de los que 1,15 millones son excursionistas de un sólo día. No todo han sido aciertos. Éste era un lugar con numerosos bares de tapas. Había competencia, calidad y precios asequibles. La llegada masiva de excursionistas animó a muchos propietarios a pasarse al plato combinado. Se abrió el dilema entre turismo barato o de calidad. Curiosamente, los gitanos locales supieron ver
con antelación el negocio turístico, invirtieron en el casco histórico y se dedicaron a las antigüedades.
Una familia con varias generaciones en el negocio de restauración, abrió hace un lustro el restaurante Tragabuches, que hace tres años se convirtió en el único que tenía en Andalucía una estrella Michelin. Manuel María López, el propietario del Tragabuches (también de El Escudero) es un buen ejemplo de una clase empresarial emergente que ha sucumbido a la seducción del turismo de calidad. "Este es un momento importantísimo, no sólo por los restaurantes, también hay media docena de pequeños hoteles con encanto", afirma López, que es vicepresidente de la organización empresarial local, a cuyo frente está otro joven, el constructor Salvador Galván. El propietario del Tragabuches también destaca que "se han abierto 15 bodegas que están preparando vinos tintos de calidad, tras la estela de Alfonso de Hohenlohe".
En la pasada legislatura, un pacto de PSOE, PP e IU, impidió que la lista del Grupo Independiente Liberal gobernara la ciudad. El tiempo en la Alcaldía se lo han repartido el PP (José Herrera) y el PSOE (Juan Benítez). Ahora las encuestas dan una subida a los socialistas y un descenso vertiginoso al GIL. Benítez enumera proyectos pendientes, como un parque empresarial, un nuevo hospital y cuatro nuevos aparcamientos, para 2.500 plazas. El tráfico colapsado casi a diario es el síntoma más claro del éxito turístico.
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