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Crónica:FÚTBOL | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sevilla y Barcelona se neutralizan

Los azulgrana se defendieron bien ante un rival que puso más interés y tuvo mejores ocasiones

Ramon Besa

A juzgar por el resultado, en el Sánchez Pizjuán ni el Sevilla ni el Barcelona se dieron por enterados del marcador de la jornada, que invitaba a cualquiera de los dos a destaparse. Optaron por neutralizarse y conformarse con tener la UEFA a la vista, que no es poco para Sevilla y bien que lo agradece también para el Barcelona si se atiende a su esperpéntica temporada. Por interés, y juego también, el Sevilla mereció ganar, aunque la derrota habría sido quizá también un castigo excesivo para los azulgrana, más que nada por el empeño que pusieron en no perder, con Victor Valdés a la cabeza.

A ambos equipos, en cualquier caso, les faltó un punto de grandeza para aspirar a cotas mayores, sobre todo en el Barcelona, que en todo momento ejerció de equipo menor ante un contrario que no aflojó y tiró con todo lo que pudo después de ponerse a salvo con una zaga espléndida.

SEVILLA 0 - BARCELONA 0

Sevilla: Notario; Njegus, Javi Navarro, Óscar, David; Gallardo, Torrado, Casqueiro, Marcos Vales (Daniel, m.56); Reyes (Víctor Salas, m.17) y Toedtli (Antoñito, m. 70)

Barcelona: Valdés; Gabri, Puyol, De Boer, Sorín; Mendieta (Reiziger, m.60), Cocu, Gerard, Luis Enrique; Saviola (Riquelme, m.70) y Kluivert.

Sánchez Pizjuán. 35.000 espectadores.

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El Sevilla sólo perdió algo de vuelo con la la lesión de Reyes al cuarto de hora. Muy bien organizado, consistente y combativo, como de costumbre, el equipo de Caparrós anduvo escaso de luces a la que alcanzó el balcón del área, donde el Barça se refugió como pudo para detener el partido con una falta tras otra si era menester. La ausencia de pase interior por parte andaluza alivió a la zaga de los azulgrana, que tardaron un buen rato en asentarse.

La lesión de Xavi y la suplencia de Riquelme dejaron al Barça sin criterio en la dirección en la misma medida que el equipo perdió desborde y juego de banda por la bajas de Overmars y la insistencia de Luis Enrique en recogerse, como gran delantero que siempre ha sido, en lugar de tirar hasta el banderín de córner como se pide a los extremos.

A uno y otro equipo les costó consecuentemente ganarse posiciones de remate que les complicaran la vida a los porteros, aunque la pelota la manejó mayormente el Sevilla, más voluntarioso, trabajado y paciente. Pese a la falta de remate y el sofocante calor, el partido tuvo siempre un buen color y ritmo, se animó con relativa facilidad y obligó a la hinchada a mantenerse despierta. Al Barcelona, sin embargo, le faltaba atevimiento. Parecía un equipo demasiado tímido para desarreglar a un Sevilla que no acostumbra a conceder goles. Jugaban los azulgrana al pie, incapaces de generar espacios, de combinar incluso, faltos de pegada, como si estuvieran aguardando a que el Sevilla desfalleciera por tanto esfuerzo, ante tanto sofoco. Una transición que Luis Enrique remató sobre el cuerpo de Notario alertó al Sevilla de que el Barcelona estaba en el ajo.

La respuesta local, sin embargo, fue todavía más demoledora, y Víctor Valdés las pasó canutas para blindar su portería. Gallardo supo abrió bien el campo por la derecha, partió a Sorín muy a menudo y puso unos cuantos centros muy bonitos que certificaron la jerarquía del Sevilla en el partido. Antic reaccionó rápido y metió a Reiziger en el campo en detrimento de Mendieta para mejorar el control defensivo.

El Sevilla no se dio por enterado y se ató a la bota de Antoñito, para insistir en en que no renunciaba a la victoria. En los momentos de mayor apuro azulgrana, Valdés estuvo especialmente atento y calmó la refriega, con unas cuantas intervenciones de mérito. El portero estuvo muy por encima de los delanteros, que pusieron muy poco de su parte, a excepción de Luis Enrique, siempre inconformista. No está el equipo azulgrana para grandes cosas, así que dio por bueno un resultado que no dice ni fu ni fa, sabedor quizá que todo el protagonismo del club estaba reservado ayer al equipo de baloncesto, ganador de la Copa de Europa.

Toedtli pierde el equilibrio ante De Boer.
Toedtli pierde el equilibrio ante De Boer.ALEJANDRO RUESGA

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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