En sus 13
A Steve Coleman le gusta trabajar a partir de presupuestos simbólicos y conceptuales equilibrados. Para bien o para mal, el fundador del movimiento M-Base sigue en sus 13. Empezó entonando un patrón rítmico con su voz solitaria, como si representara al primer humano inteligente sobre la Tierra; luego, el bajo telúrico de Anthony Tidd retumbó como un alud y la percusión se incorporó, con timidez casi femenina, para ver si podía mediar entre las fuerzas de hombre y naturaleza.
Esta descripción no debe tomarse más que a modo de conjetura, porque las verdades teóricas son patrimonio de Coleman. Ni siquiera algunos de sus compañeros parecieron comprender ese damero diabólico en el que cada movimiento de ficha les devolvía a lo incierto y espinoso. Tanto es así que Coleman hizo algunas demostraciones prácticas sobre la marcha a su formidable trompetista Jonathan Finlayson, todo un descubrimiento, en una pieza particularmente intrincada, y el armonicista Grègoire Maret, otra estupenda novedad, no pudo disimular algunos gestos de querer irse a su casa a ensayar un poco más. En la sección rítmica, en cambio, reinó el aplomo y la autoridad.
Steve Coleman & Five Elements
Steve Coleman (saxo alto y voz), Jonathan Finlayson (trompeta), Grègoire Maret (armónica), Anthony Tidd (bajo eléctrico), Ramón García Pérez (batería) y Dafnis Prieto (percusión). C.M.U. San Juan Evangelista. Madrid. 8 de mayo
Coleman y los suyos tocaron piezas propias y estándares camuflados hasta las cejas; el mejor de estos últimos quizá fue un In a sentimental mood que el saxofonista introdujo en solitario en un temible bosque de ortigas y cardos. Por supuesto, el concierto tuvo momentos de intensidad hipnótica, pero quizá le sobraron un par de piezas. Afortunadamente, el trepidante Salt peanuts final lo acercó a dominios terrenales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Discurso a la nación: Trump exagera sus logros económicos y se olvida de Venezuela
Vicky Colbert, socióloga: “Si los niños son diferentes, la escuela tiene que adaptarse a ellos, y no al revés”
Arranca el Plan Veo: cómo se puede pedir esta ayuda para que las gafas de los niños sean gratis
Claves de una cumbre que decide el futuro de Ucrania y Europa: ¿por qué es tan importante?
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”




























































