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Reportaje:

Un tesoro oculto durante siglos

Una muestra rescata piezas artísticas inéditas que los Borja donaron a las clarisas de Gandia

No se sabía de su existencia. Un tesoro artístico inédito ha sido custodiado durante siglos por la orden religiosa de las clarisas entre los muros del convento de Santa Clara de Gandia. La mayoría de piezas, un 99%, procede de donaciones realizadas por la familia Borja a esta congregación entre los siglos XV al XVIII, explica el historiador de arte Vicent Pellicer. Son pinturas, esculturas, urnas sepulcrales, relicarios y documentos originales como bulas papales, enviados por los distintos miembros de la saga de los Borja a 34 de sus descendientes femeninas que fueron acogidas por el convento de clausura de Gandia. Entre las más destacadas la duquesa María Enríquez y su hija Isabel, así como una tía, una hija, cinco hermanas, siete sobrinas, primas, nietas y biznietas de San Francisco de Borja.

Las hijas de nobles y burgueses de la época eran persuadidas para ingresar en una orden religiosa cuando no se les podía concertar un matrimonio de conveniencia. También era una forma de ahorrase los gastos de la dotación económica que suponía un enlace noble. Esta solución comportaba además, tanto para los padres como para las hijas, la seguridad de un medio de vida en el convento para el resto de sus vidas.

El historiador gandiense decidió iniciar una recopilación gráfica para el archivo municipal del patrimonio artístico que se conocía del convento de Santa Clara, fundado en 1431 por Violant de Aragón, hija de Alfons el Vell y monja de la orden. Su única referencia documental eran siete obras que había estudiado el historiador Ximo Company. Durante dos años Pellicer estuvo llamando a las puertas del convento, pero la madre superiora le daba largas. Finalmente accedió. Cuando el historiador gandiense entró en las dependencias descubrió un auténtico "tesoro" artístico, y un fondo documental inédito e importantísimo para conocer mejor el vínculo de los Borja con la ciudad y su historia.

El Ayuntamiento se implicó y firmó un convenio con la congregación para financiar la restauración de algunas de las piezas. Parte del patrimonio, un total de 48 obras que han sido limpiadas y recuperadas por el restaurador José Manuel Barros, se muestran al público hasta el 29 de junio en la Casa de Cultura Marqués González de Quirós de Gandia. Son sólo una tercera parte del total del patrimonio rescatado del olvido. Dos esculturas de imaginería del siglo XVII que se atribuyen a Pedro de Mena; una imagen tallada en madera y policromada del Niño Jesús, de Francisco Salzillo; obras de Paolo de San Leocadio; de Antoniazzo Romano y de la Escuela de Ribalta. La estrella de la muestra es un cuadro de San Juan Bautista, cuya autoría se vincula a la Escuela de Ribera, pero que por sus detalles Pellicer se atreve a señalar que podría ser un original del maestro. La mayoría son ilustraciones de escenas o imágenes religiosas. Pero también hay retratos de San Francisco de Borja, y de su mujer, Leonor de Castro. Y una imagen post-mortem de Sor María Luisa del Niño Jesús y Borja, la última descendiente de la familia nobiliaria que vivió en el convento gandiense y murió en 1721.

¿Y cómo la orden consiguió preservar este importante material en la contienda de 1936? Según Pellicer, la mayoría de lienzos se escondieron entre los rollos de tejido de un comerciante de Villalonga, de donde eran dos de las religiosas. El resto de piezas, esculturas, urnas y relicarios, fueron guardadas en casas particulares.

Ahora el dilema es qué hacer con todo el material recuperado. La congregación parece remisa a que salga de los muros de Santa Clara. La solución podría ser habilitar un museo en el monasterio, como tienen la mayoría de conventos de esta orden en España. Para Pellicer, una de las aportaciones más importantes de este hallazgo es que "por fin se ha roto el tópico" de que en Gandia no hay más patrimonio artístico que los edificios de la Seu o el Palau Ducal. El tesoro de las Clarisas abre además nuevas perspectivas de oferta cultural en la ciudad.

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