Gore y Bush se disputan voto a voto las elecciones más reñidas en décadas

Las elecciones presidenciales de pasado mañana en Estados Unidos, las más reñidas desde el enfrentamiento entre John Kennedy y Richard Nixon en 1960, han llevado al candidato demócrata, Al Gore, y a su rival republicano, George W. Bush, a una lucha sin cuartel por conseguir hasta el último voto recurriendo a todo un arsenal de trucos sucios. Gore apuraba ayer la campaña llamando al "voto útil" en su Estado de origen, Tennessee, y recordando la era de prosperidad de la que ha disfrutado EE UU durante los dos mandatos de Bill Clinton. Sus partidarios insistieron en los ataques personales contra Bush sin olvidar esa mancha que fue su detención hace 24 años por conducir ebrio y difundieron otro anuncio en el que se ridiculiza a su adversario por haber dicho que "la Seguridad Social no es un programa federal". El gobernador de Tejas contraatacó calificando esos ataques como "baja política de última hora" y dijo sentirse preparado en un mitin en Michigan para poner fin "a esa larga temporada de cinismo", que, en su opinión, ha sido la presidencia de Clinton. Bush recurrió al general de raza negra Colin Powell, vencedor de la guerra del Golfo, para reforzar su imagen de hombre de Estado. Aunque las encuestas pronostican una ligera ventaja de Bush, el resultado es impredecible.