Economía débil
Los tanteos alcistas que venían registrando los mercados de valores europeos chocaron ayer de frente con la realidad económica, materializada esta vez en el dato de los pedidos a fábrica en Alemania en el pasado mes de marzo, que cayeron el 3,9%.
Si la trayectoria de las cotizaciones había sido un tanto tibia a lo largo de toda la mañana, nada más conocerse el dato de los pedidos a fábrica el mercado alemán sufrió una caída del 2,42% y arrastró al conjunto de las bolsas. El índice DAX de la Bolsa alemana llegó a caer por debajo del nivel psicológico de los 3.000 puntos, aunque al cierre consiguió mantenerse levemente por encima de esa cota.
El Ibex 35 dio muestras de debilidad y al cierre sufría la mayor caída entre los grandes mercados europeos, con un 2,13%, que le sitúan por debajo de los 6.500 puntos, un nivel que la mayoría de los inversores considera el punto que en estos momentos separa un mercado con posibilidades de uno con problemas.
La apertura de la Bolsa estadounidense no pudo aportar elementos positivos a la jornada, sobre todo después de confirmarse que se están estudiando las posibilidades de que aquella economía entre en un proceso de deflación debido al estancamiento de la actividad. La Reserva Federal aludió el martes, tras anunciar el mantenimiento de los tipos de interés, al peligro de que los precios lleguen a un punto en que deterioren las ganancias de las empresas. El índice Dow Jones se anotaba un descenso del 0,49% a media sesión.
Esta nueva vuelta atrás en las expectativas alcistas de las bolsas producía, desde primeras horas de la mañana, un trasvase de dinero entre la renta variable y el mercado secundario de renta fija, en el que la rentabilidad del bono a 10 años terminaba la sesión con una caída de 11 centésimas ante la presión compradora.
La contratación en el Mercado Continuo se mantuvo en el nivel del día anterior, con 1.963.22 millones de euros y un importante descenso de la actividad institucional.
