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Luis Aragonés comunica su adiós

El técnico anuncia a los jugadores y luego a Gil Marín su decisión de dejar el Atlético en junio

Jesús Gil se salió con la suya. Sin esperar a ser destituido, y por tanto indemnizado, Luis Aragonés ha decidido renunciar al año de contrato que le quedaba con el Atlético. Aguantará hasta junio y luego se irá. O incluso abandonará antes el equipo si logra la salvación de forma aritmética -el objetivo para el que fue contratado, sostiene-. Así se lo comunicó ayer a Miguel Ángel Gil Marín, el director general del Atlético, después de anunciárselo a los futbolistas. Se acercó a ellos antes del entrenamiento y les avanzó sus intenciones, al tiempo que les lanzó un último mensaje de motivación para lo que queda de curso.

La noticia, avanzada por Radio Marca, corrió como la pólvora a lo largo de la tarde de ayer. Y aunque en el vestuario se encajó con cierta indignación la filtración -el técnico les recordó que uno de los problemas del año había sido los chivatazos que habían salido del equipo-, el propio representante del preparador rojiblanco, José Navarro, la confirmó a Efe. "Luis Aragonés ya ha cumplido su objetivo y por eso se va. Primero, el de subir al equipo a Primera División y después mantenerlo. Parece que alguien se ha olvidado que a estas alturas, el año pasado estábamos jugando en El Ejido".

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Pero aunque la decisión la tomó ayer Luis Aragonés, o la comunicó, su marcha ya entraba en los planes del club. Al menos, de Jesús Gil, el presidente. De hecho, durante unas horas, tras la derrota ante Osasuna el día del centenario, Gil estuvo convencido de poder forzar la salida del técnico. Lanzó feroces ataques a la plantilla y desafió al entrenador, todo con la intención de provocar una espantada del técnico. No quería destituirle por una mera cuestión económica, ahorrarse los 1,2 millones de euros que tenía de ficha neta el entrenador comprometidos para el curso 2003-2004. Prefería la dimisión. Pero el entrenador le ganó el combate, supo salir vencedor frente al presidente en un cara a cara en la cadena Ser, y Gil reculó.

Pero el Atlético volvió a naufragar en Valladolid, completó casi su peor partido de la temporada, y Luis Aragonés, pese al dinero y consciente de su distanciamiento de la cúpula del club, decidió tirar la toalla.

Fuera del club Paulo Futre, el anterior director deportivo de la entidad, Jesús Gil había decidido ponerse de nuevo al volante del Atlético, de su enésimo proyecto. Pero sus gestiones se veían frenadas precisamente por Luis Aragonés. Ningún entrenador, y con varios ha hablado el club, quería comprometerse sin tener clara la marcha de Aragonés. Y sin técnico, las contrataciones de nuevos jugadores también sufrían un retraso.

Con el anuncio de Luis Aragonés a los jugadores y después a sus jefes -aunque no ante la opinión pública-, Gil ya tiene el camino libre para operar. El técnico se reunirá hoy con Gil Marín y luego, probablemente, comunicará en conferencia de prensa su decisión. Y el Atlético acabará la temporada, la de su centenario, como pueda. Con la intención de convencer a los aficionados de que el objetivo era la permanencia y no entrar en Europa. Todavía a tres puntos de la Copa de la UEFA, y con seis partidos por delante, ése objetivo, a la luz de los acontecimientos, ya se da por perdido.

Luis Aragonés, la semana pasada, a su llegada al Calderón para reunirse con Gil.
Luis Aragonés, la semana pasada, a su llegada al Calderón para reunirse con Gil.ULY MARTÍN

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