La tranquilidad del trabajo hecho

CiU llega a las elecciones con la tranquilidad de tener el trabajo hecho. Las obras de integración de la línea del tren, aunque con retraso, ya están prácticamente terminadas y el nuevo Museo Episcopal hace meses que se abrió al público. Avalan a la federación 24 años al frente del Ayuntamiento, los últimos ocho en minoría. CiU puede presumir de no haber bajado nunca de los 10 ediles en un consistorio de 21. Pero la cita del 25-M podría revolucionar un consistorio poco dado a cambios.

CiU, que apuesta por la reelección de Jacint Codina, puede sufrir un ligero descenso. Esto beneficiaría al candidato de ERC, Josep Font. El PSC, que estrena candidato, Josep Burgaya, podría mantener los cinco escaños. ICV también renueva candidato y presenta a Xavier Tornafoch con el objetivo de mantener el edil que posee. En cambio es incierta la reelección del único concejal del PP, Jaume Castañé. De cumplirse estas expectativas, que recogía una encuesta de noviembre encargada por ERC, un posible pacto de izquierdas dejaría a CiU fuera del gobierno por primera vez desde 1979.

Pero en el panorama electoral de Vic han aparecido dos nuevas listas que pueden desvirtuar los resultados. La Candidatura de Unidad Popular, liderada por Pep Cumeres, que podría restar votos a ERC, y la Plataforma Vigatana de Josep Anglada, que plantea como principal reto un mayor control de la inmigración.

Sin un proyecto importante a la vista, salvo solucionar el hecho de que Vic se ha quedado sin teatro por culpa de la aluminosis, los principales retos que afrontará el nuevo consistorio serán la gestión del incesante crecimiento urbanístico y la mejora de la circulación rodada con la creación de nuevas plazas de aparcamiento.