La Sociedad General de Autores planea trasladar sus oficinas a Rivas
La Sociedad General de Autores y el PSOE proyectan un centro de difusión cultural en Rivas-Vaciamadrid
Los autores quieren mudarse de casa. Y no es que no les guste el bello palacio modernista de Longoria, situado en el número 4 de la calle de Fernando VI. Les encanta. Por eso conservarán este lugar tan representativo. Pero lo que los responsables de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) llevan fatal es la dispersión de sus efectivos humanos y técnicos en oficinas satélite. Las calles madrileñas de Pelayo, Almirante, Bárbara de Braganza y La Bola, la plaza de Santa Bárbara y hasta una nave en Pinto marcan su puzzle logístico, con piezas propias y en alquiler.
Para optimizar recursos y albergar una nueva sede administrativa -para 200 trabajadores-, este organismo de gestión ha puesto sus miras en Rivas-Vaciamadrid, un municipio de 42.000 habitantes en fase de crecimiento poblacional y de "identidad cultural", como afirma Isabel Miranda, candidata socialista a la alcaldía. Así, SGAE y PSOE firmaron el pasado 28 de abril un acuerdo de intenciones para crear "un centro de difusión de la cultura y del conocimiento". Además de la casa de los autores, se construirá un recinto escénico cubierto, donde se desarrollarán proyectos artísticos de todo tipo. Según el documento suscrito por Miranda y Eduardo Bautista, presidente del Consejo de Dirección de la SGAE, el PSOE se compromete a una cesión de suelo gratuita en el polígono Rivas Futura, que ocuparía 15.000 metros cuadrados, con la condición imprescindible de que los creadores españoles engrasen la maquinaria cultural de la ciudad.
Este documento tendrá validez si los socialistas ganan en Rivas el próximo 25 de mayo o bien si alcanzan un nuevo pacto de gobierno con Izquierda Unida, que hoy ostenta la alcaldía (el actual regidor es Fausto Fernández, candidato de IU a presidir la Comunidad).
Al margen de las incertidumbres políticas, los socialistas y los representantes de los autores mantienen su optimismo en que que se convierta en real lo que ahora es sólo virtual. Además, cuentan con el apoyo de la empresa propietaria de los terrenos de Rivas Futura (Gedeco).
"Éste es un modelo de colaboración entre una administración pública y una entidad privada en busca de un beneficio para la ciudadanía", asegura Bautista.
"Multiplicará los puestos de trabajo en el sector cultural y enriquecerá la vida cotidiana de la localidad", añade Miranda.
Sin embargo, no se muestra tan entusiasmado Fausto Fernández, actual alcalde de Rivas-Vaciamadrid, quien tacha la iniciativa de "estrategia electoralista". Considera que la localidad "va sobrada de auditorios", con uno municipal de 1.100 plazas a punto de terminarse y otro de 25.000 en ciernes. Y asegura que "el Ayuntamiento no tiene conocimiento oficial del proyecto", cosa que niegan la SGAE y el PSOE.
El cambio del centro por la periferia que planea la SGAE no será inmediato. Se producirá en 2006, fecha prevista para la finalización de las obras. Llegada esa fecha, el palacio de Longoria se mantendrá, así como el edificio colindante de la calle de Pelayo (para centro de atención al socio). Los actuales contratos de alquiler serán rescindidos y se venderá el edificio de Bárbara de Braganza (valorado en más de ocho millones de euros).
Mañana se desvelarán en Rivas los detalles arquitectónicos del proyecto de la SGAE y la Agrupación Socialista, que llevará a cabo "un joven arquitecto de renombre", según anuncian los promotores. Y auguran que la singularidad del diseño de este futuro centro de difusión cultural, a orillas de la autovía N-III, no pasará inadvertida para los viajeros de la carretera de Valencia.
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