Un AVE que no llega
Que la creación de infraestructuras de comunicación entre Francia y España es algo absolutamente necesario para el desarrollo de la economía española, resulta fácilmente comprensible. Según afirmó el vicepresidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Miguel Aguiló, en la presentación del centenario de la asociación, "España tiene unas enormes dificultades para unirse con Europa por culpa de la posición francesa, que es indigna. Francia boicotea la posibilidad de hacer unos Pirineos más permeables porque el sur francés está muy deprimido y el norte de España tiene una gran prosperidad. Si hubiese buenas comunicaciones, España se comería a Francia. El problema que tiene España es que no se pueda unir el trazado del tren de alta velocidad con el europeo por culpa de Francia. Lo que España debe denunciares esta posición francesa, y debe hacerlo de un modo fuerte y potente".
Dos días después, el ministro de Fomento comentaba en el acto inaugural de la celebración del Centenario de la Asociación de Ingenieros, que Francia no tiene previsto unir Monpellier con Perpignan por alta velocidad hasta el 2015 o 2020. De unir Francia y España por el noroeste atlántico, nada, ni por Aragón.
Como afirmaba Miguel Aguiló, "de nada vale llegar de Madrid a la frontera rapidísimo, si desde la frontera tardas cuatro horas en llegar a cualquier ciudad francesa". Se están haciendo enormes esfuerzos para crear infraestructuras que permitan cruzar España en tren de alta velocidad, pero en la frontera, el viajero (o la mercancía) ha de bajarse y esperar la conexión con un tren cualquiera. El viaje Madrid-Toulouse (junto a la frontera) dura más de doce horas, igual que el viaje hasta París.
¿Qué supondría para la industria catalana, aragonesa, navarra o vasca un tren de alta velocidad que les uniera con la capital francesa y porteriormente con Alemania? Mucho, tanto como al sector turístico andaluz o valenciano o a la agricultura castellana, riojana, manchega, extremeña o andaluza. ¿Qué unión se pretende en Europa si ni siquiera es posible cruzar Europa en un tren? ¿Hay una Europa de primera, formada por Francia y Alemania, y países de segunda? ¿Se han hecho todos los esfuerzos diplomáticos posibles?
Si este razonable aviso de los ingenieros de caminos, canales y puertos sirve de algo, todos saldremos ganando, pero no si la espera es hasta el 2015 o cualquier otro año lejano.
Esta unión debe ser una prioridad de este y del próximo Gobierno por bien de todos los españoles, que creíamos que el aislacionismo español había terminado.
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