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Hallados los cadáveres de dos ancianos que llevaban varios días muertos

Los fallecimientos se produjeron hace días por "causas naturales"

María de los Ángeles Hidalgo y Benjamín Andrés, ambos de 80 años, fueron hallados muertos ayer en su humilde vivienda de la calle de Hortaleza (Centro). Los cadáveres presentaban signos de descomposición y fueron encontrados en sus camas. Una vecina alertó a los servicios de emergencia del fuerte olor que llegaba de detrás de la puerta. Los fallecimientos se produjeron por causas naturales, según la policía.

Cuando los bomberos del Ayuntamiento de Madrid abrieron la puerta de la buhardilla del número 31 de la calle de Hortaleza se encontraron con un espectáculo dantesco: en una habitación, acostado en la cama, estaba el cadáver de Benjamín Andrés en avanzado estado de descomposición. En la otra estancia de la casa, y también dentro de la cama, se encontraba muerta Mari Ángeles Hidalgo. Ambos eran amigos y vivían juntos. El fuerte olor que desprendían los cadáveres obligó a los bomberos a trabajar con mascarillas.

Fuentes policiales señalaron que las primeras investigaciones apuntan a que la muerte de ambos se produjo por causas naturales. "No hay signos de violencia", aseguraron dichas fuentes. Benjamín murió primero, hace una semana, según fuentes del Samur-Protección Civil. Mari Ángeles convivió al menos dos días con el cadáver de Benjamín sin avisar a ningún vecino. Después falleció también por causas naturales, según las mismas fuentes.

"Es espeluznante que pasen estas cosas en el siglo XXI y en la calle Hortaleza", comentaban los investigadores policiales entre ellos al salir de la vivienda de los fallecidos.

Vieja buhardilla

Los dos fallecidos vivían en la buhardilla de un viejo edificio situado entre los modernos comercios de la calle de Hortaleza. Mari Ángeles estaba casada con José Rodríguez y los tres vivieron muchos años en la buhardilla hasta que hace unos meses José abandonó el hogar y se fue a una residencia de Chinchón, según comentaron algunos residentes. "Las peleas entre ambos eran frecuentes y él solía beber", afirmaron los vecinos. Desde la marcha de José, Mari Ángeles vivió sola con Benjamín hasta que a ambos les llegó la muerte.

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La mujer, según contó otra vecina, estaba medio ciega y muy desnutrida. Benjamín era "muy delgado y andaba siempre encogido", señaló otro residente. "Llevaban 40 años viviendo en el barrio y ella estaba muy mal de salud", señaló esta mujer. Faustino, otro residente del mismo inmueble que los dos fallecidos, señaló que conocía a los dos muertos del barrio. "En verano su casa olía fatal", apuntó.

La buhardilla donde residían Mari Ángeles y Benjamín está en el quinto piso de un inmueble con las escaleras de madera casi podrida y los buzones de hierro oxidado.

Ningún residente recuerda que algún familiar haya visitado a los fallecidos en los últimos meses. Los cadáveres fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense. Ayer por la tarde todavía no había ido nadie a reclamarlos.

Cuarenta ancianos han muerto en soledad en sus viviendas en lo que llevamos de año, 11 de ellos durante el pasado mes de abril.

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