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Crónica:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de España de fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sólo los Ferrari pueden con Alonso

El español se crece ante 86.000 espectadores y saldrá hoy en tercer lugar, tras Schumacher y Barrichello

El circuito de Montmeló, el único en España que acoge un gran premio de fórmula 1, vivirá hoy (14.00, La 2) la carrera más sentimental de su vida. La única en la que un piloto español se va a pelear con los mejores. No ganará Fernando Alonso, una preciosa hipótesis que él mismo descarta, por lo que conviene que lo haga el resto de la humanidad. Pero lo conseguido ayer, su tercer puesto en la parrilla de salida, supone un considerable revolcón a cualquier equipo que no responda al nombre de Ferrari. Tras los coches de Michael Schumacher y De Rubens Barrichello enseñará el morro el Renault de Alonso, en un gran premio que, pase lo que pase, ya es histórico.

A grito pelado entonaban cerca de 3.000 asturianos el Asturias Patria Querida cuando Alonso hacía las vueltas previas a la sesión de clasificación. Suele estar tranquilo antes y después de agarrar el volante. Pero ayer andaba con otra cara. El motor de su Renault se había roto en los entrenamientos libres del día anterior. Con uno nuevo hizo la sesión de clasificación del viernes, la que daba el orden de partida de ayer, y quedó el décimo. Durante toda la noche, los mecánicos de la marca francesa se esmeraron en conseguir los reglajes precisos a la nueva máquina. Visto lo visto, hicieron maravillas.

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El 11º en enfrentarse al crono era Alonso y antes que él partieron los dos Williams, los que pilotan Juan Pablo Montoya y Ralf Schumahcher. Enemigos de cuidado ambos. Pero Alonso marcó el mejor tiempo. Aquello ya no era una anécdota. Quedaban por salir, amén de algún héroe por accidente, los Ferrari y los McLaren. Y el británico David Coulthard hizo peor tiempo. Y su compañero Kimi Raikkonen, se atragantó con una curva y se fue a la arena.

El sueño crecía, pero Barrichello y Schumacher se encargaron de reducirlo. Quedó primero Schumacher, claro, que por algo es el mejor piloto y conduce el mejor coche del mundo, que lo era antes y lo es ahora, renovado además. Pero Alonso acababa de darle aún más lustre a su hoja de servicios. Porque ese resultado, ese tercer puesto, es sencillamente extraordinario. Y eso que la mañana fue de vértigo para él. Iba del camión del equipo al garaje, de éste a su cuarto, ahora una reunión con los ingenieros, ahora cualquier otra cosa. Entre medias, a cada paso, autógrafos, fotos. "Fernando, te queremos", gritaba la gente. Apareció por allí Miguel Indurain, ídolo de un tipo sin ídolos como Alonso. Charlaron, y le contó éste lo mal que lo pasó subiendo en bicicleta al Angliru. "Lo que yo nunca he hecho", contestó el navarro.

Minutos después, Alonso se colocaba el casco, y se disponía a recorrer los 4.727 metros del circuito de Montmeló, algo así como el pasillo de su casa, pero con 86.000 espectadores. Y fue tercero, sólo superado por dos bólidos de color rojo Ferrari que siguen siendo de otro mundo. "No estamos para ganar", insiste Alonso. Aún así, y en plena locura colectiva, un periodista se acercó a Patricia Spinelli, relaciones públicas de Renault, para preguntarle si los colores azul y amarillo de la marca francesa estaban elegidos por ser los mismos de la bandera de Asturias.

Fernando Alonso explica el mecanismo de su volante a Miguel Indurain, ayer, en Montmeló.
Fernando Alonso explica el mecanismo de su volante a Miguel Indurain, ayer, en Montmeló.EFE

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