La candidata afirma que Barcelona debe ser capaz de digerir los problemas que genera

Depuradoras, incineradoras, prisiones, tanatorios... "Barcelona debe ser capaz de digerir todos los problemas que genera como ciudad". Imma Mayol está convencida de que Barcelona se enfrenta a un nuevo reto que pasa por tomar decisiones que se van aplazando por diversos problemas y para las que hacen falta "liderazgo y decisión". Como hace falta decisión para llevar a buen puerto un Fòrum 2004 que no esté lastrado por la derecha y aborde los problemas de la paz: "El Fòrum ha de tratar los conflictos. Si ha de ser anodino, que no se haga", dijo.

La candidata ecosocialista, que durante este mandato ha sido responsable del área de Medio Ambiente del consistorio y del Instituto Municipal de Parques y Jardines, cree que hace falta un cambio de mentalidad. Por ejemplo, asumir que la ciudad genera problemas que no puede traspasar al vecino. Le preocupa el rechazo social de algunos equipamentos necesarios, como los centros de toxicómanos, las cárceles o los depósitos controlados de residuos. Ella defiende esos vertederos controlados en lugar de las incineradoras porque, aunque ahora contaminan menos, "su construcción no contribuye al cambio de mentalidad que obligue a reducir la generación de residuos".

"El Fòrum ha de tratar los conflictos. Si ha de ser anodino, que no se haga"

El gobierno municipal tendría que ser más beligerante ante la Generalitat

Ese cambio va más allá y exige profundas modificaciones de la política energética que deberían pasar, a juicio de la candidata, por varias medidas: reducción del 17% del consumo energético y el 20% de la emisión de gases tóxicos, y extensión del uso cotidiano de la iluminación de bajo consumo. Propone que Barcelona tenga un parque eólico. El proyecto que tiene en estudio lo sitúa en el puerto y lo considera capaz de suministrar energía suficiente para todo el barrio de la Barceloneta. Mayol apuesta, además, por que ese parque y la central fotovoltaica que se construirá en la zona del Fòrum sean gestionados por una sociedad formada por los propios clientes, pues considera esencial que las energías renovables escapen al control de las eléctricas.

El ahorro y la optimización de los actuales recursos son las premisas que Mayol defiende para una nueva política del agua: "La mejora de infraestructuras, entre ellas la doble canalización de agua en las viviendas -una para la higiene y otra para el consumo de boca-, sería mucho más económica y sostenible que cualquier trasvase".

Si lo medioambiental es uno de los ejes de su discurso, la política social es otro. Mayol se refirió ayer a quienes han sido sus referentes en esa materia y citó a Eulàlia Vintró, su antecesora como presidenta del grupo municipal y aliada -bastante incómoda en muchas ocasiones- de los socialistas: "Ella logró dar un giro más social a la política del consistorio barcelonés. Pero ahora, hay que dar una vuelta más a la tuerca. ¿Cómo? Con políticas encaminadas a erradicar la pobreza. "Actualmente se considera renta mínima 350 euros al mes y las ayudas sociales del PIRMI son de 200 euros y benefician sólo al 4,5% de las personas que lo necesitan. Creemos que se debe exigir a la Generalitat que amplíe la cobertura de los beneficiarios el 15% y aumente la cuantía entre el 30% y el 40%". El Ayuntamiento también debe ampliar las ayudas sociales complementarias.

ICV ha tenido bajo su paraguas el Patronato Municipal de la Vivienda. Además de la gestión realizada a través de este organismo, Mayol defendió ayer decididamente la labor de gobierno en este ámbito: "Desde luego que se puede hacer más, pero es un hecho incuestionable que Barcelona ha construido 7.000 viviendas públicas". En ese punto, la candidata insiste en que la capacidad económica del consistorio es limitada, "pero dentro de poco esto mejorará", afirmó, convencida de la mejor sintonía política entre la Generalitat y el Ayuntamiento cuando en el lado de montaña de la plaza de Sant Jaume gobiernen las izquierdas. Preguntada qué nota pondría a la gestión de ICV en el Ayuntamiento, Mayol fue categórica: un ocho.