Aprovechar el limbo electoral

A sólo diez días del inicio oficial de la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas los gobernantes de las diferentes instituciones mantienen una frenética actividad de primeras piedras e inauguraciones que buscan con indisimulado afán recordar al votante las excelencias de la gestión pasada, presente y futura. Ayer, además de la inauguración de la ampliación del Metro de Valencia por parte del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana; el vicepresidente del Consell y aspirante a presidir la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, colocó la primera piedra de los nuevos juzgados de Orihuela junto con Carlos González Cepeda, consejero de Administraciones Públicas, informa María del Carmen Martínez. El presidente de la Diputación de Alicante, Julio de España, y el alcalde de San Isidro (La Vega Baja), Francisco Gelardo, también colocaron la primera piedra de las obras de supresión del paso a nivel de la carretera CV-909 con la vía férrea Alicante-Murcia en este municipio. Ninguno de estos actos de claro carácter electoral fue recurrido ante las juntas electorales por partidos de oposición, que han optado, en los municipios en los que gobiernan, por celebrar actos similares para atraer al votante.

Fuentes de la Junta Electoral indicaron que en las semanas previas al inicio oficial de la campaña los partidos bordean los límites y asumen en algunos casos la emisión de una resolución contraria a la realización del evento que, casi siempre, llega después de que haya concluido el acto electoral.

En términos generales, la doctrina marcada por las juntas electorales señala que las inauguraciones y puesta en marcha de instalaciones realizadas antes de la campaña electoral forman parte de la gestión de los gobiernos. Caso distinto es el de las primeras piedras que, casi siempre, se refieren a proyectos de futuro que pueden ser presentados tras la celebración de los comicios y que no tienen repercusión alguna -exceptuando probablemente la electoral- sobre la vida cotidiana de los ciudadanos.

En este contexto, y pese al poder institucional que exhibe estos días el PP, la oposición socialista ha decidido ser cauta en la presentación de recursos para no aparecer como un partido contrario a la realización de proyectos públicos.