París-Dakar-Las Rozas
Leo con sorpresa la pasión que a nivel internacional levanta cada año el París-Dakar, y me pregunto: ¿por qué ir tan lejos en busca de emociones? ¿Es que no conocen Las Rozas?
Cada día una trampa al volante, calles cortadas, interminables retenciones, socavones modelo Zona Cero, obstáculos por doquier, siempre un recorrido diferente, sumergidos en el barro y en la oscuridad. Las direcciones que ayer se permitían hoy lo cambiamos para poner a prueba los nervios de nuestros intrépidos pilotos.
Señores del comité organizador, si de verdad buscan emociones fuertes, no necesitan irse a África, vengan a Las Rozas y sabrán lo que es aventura. Por último, sólo un consejo, no vengan en coche porque llegarán tarde, y si se deciden por el tren, no se asusten en la estación, no es que haya guerra, es que es así... para ir ambientándoles.
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