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Nuevas demandas contra directivos

"Hemos cerrado un capítulo y ahora empezamos una nueva era", anunció el presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Grasso. Pero no del todo. Los quebraderos de cabeza de Wall Street no han terminado todavía. Spitzer distribuyó ayer copias de algunos de los documentos y mensajes electrónicos utilizados contra los bancos, disponibles en la página web de la SEC y que podrían ser utlizados por los pequeños inversores en futuras actuaciones legales contra los bancos . "Creo que pueden producirse muchas demandas contra los directivos", subrayó Sptizer.

Durante la rueda de prensa de la SEC, el fiscal de Nueva York contó el caso de un analista de Solomon Smith Barney que durante una presentación a los ejecutivos de la firma admitió que los análisis que manejaba eran "ridículos". "¿Aquello provocó una reacción?: No", dijo Spitzer.

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El método estaba viciado de origen: en el momento de salir una determinada compañía a Bolsa, los analistas hacían calurosas recomendaciones con ánimo de conseguir que la compañía contratara a su banco como agente. En teoría, analistas y bancarios debían trabajar independientemente. En la práctica unos y otros crearon un régimen de trabajo en que dominaba el beneficio propio.

Otro caso famoso fue el ocurrido con Jack Grubman, el analista estrella de la firma Salomon Smith Barney, que a finales del pasado año, cambió completamente su valoración de la empresa ATT después de que el Sanford Weill, el presidente de Citigroup, le pidiera que reconsiderara su opinión.

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