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Dansa Valencia refleja una cierta dispersión coreográfica

El festival presenta cuatro obras en su quinta jornada

La sesión del lunes de Dansa València, que acoge las coreografías recientes de creación contemporánea, ofreció en el Espai Moma la actuación de No-Name Arder con Ion, una coreografía de vanguardia, para centrarse después en el Rialto con Y pasan los años, un trabajo de Calabaza Danza con guión de Sandra Bonilla sobre las vivencias de un anciano campesino, y terminar con un recital de jóvenes compañías.

Así, en el teatro Talía, se vieron ayer montajes de Entre Tres, Taiat Dansa y Patas Arriba. En la jornada de hoy de Dansa València destaca la presentación de Wil Swanson DanceWorks, que ya pudo verse en la pasada edición de la Mostra de Teatre de Alcoi. El director artístico de esta compañía norteamericana ha creado unas 40 coreografías en sus 26 años de profesión, y ha colaborado con figuras de la talla de Merce Cunningham o Trisha Brown. Este montaje, que puede verse a las ocho en el Principal destaca por su elegancia creativa y por su dinámica energía.

Por su parte, y a partir de las diez y media de la noche, el teatro Talía acoge las representaciones de Después del amor, si me quedo..., de Christine Cloux, coreógrafa de origen suizo, en un solo que gira en torno de un personaje femenino que podría estar sacado de una película de John Cassavettes; seguida de Navegando, coreografíada y bailada por Marta Reig, una valenciana que ha residido durante muchos años en Holanda, en la que se evoca el viaje interior de una mujer sin trayecto ni destino conocidos donde se privilegia el instante.

Cerrará la velada el espectáculo De todo lo que me habita, estrenada en Burjassot hace un año, donde Bojnami Danza, bajo la dirección coreográfica de Eva Bertomeu, hace un recorrido por el aprendizaje vital y la búsqueda a partir de los recuerdos y a sabiendas de la escisión que el recurso a las emociones puede provocar.

Hay que decir que Cloux alcanzó renombre en presentaciones anteriores de su espectáculo, deudor de algunos íconos del cine que tratan de representar los problemas del envejecimiento, y que es fiel a citas cinematográficas, del tipo de la que formula en Opening Night, donde la coreógrafa hace suyo aquello de que "lo que puedo decir es que hay una diferencia entre lo que soñamos y lo que conseguimos". Reflexión que nunca ha sido ajena al mundo de la danza pero que se incluye de manera explícita en un festival que, sin duda no por casualidad, atiende cada vez más a las estrategias vitales de la parte femenina de la humanidad.

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