Las campas de Armentia reciben hoy la romería de San Prudencio

Vitoria lleva todo el fin de semana de calentamiento para disfrutar hoy de la fiesta grande de Álava, San Prudencio, cuando la basílica de Armentia, donde reside la imagen del santo, reciba la romería más importante del año. Con la integración definitiva de la tamborrada en las tradiciones de la festividad, la jornada se presenta multitudinaria y apacible, una vez que se han borrado las pintadas radicales que el sábado aparecieron en la estatua y en el templo.

Los actos comenzarán a las nueve de la mañana en la plaza de la Provincia con la interpretación del zortziko Álava a cargo de la Banda de Trompeteros y Txistularis de la Diputación. Un acto que abre un día en el que los pequeños tienen un papel principal. A partir de las once de la mañana saldrán del Museo de Bellas Artes los trenes infantiles con destino a San Prudencio, mientras que, más tarde, a las 18.30, empezará la tamborrada infantil desde la torre de Doña Otxanda, para recorrer las calles Siervas de Jesús y Diputación.

Entre tanto, la cita está en las campas de Armentia. La convocatoria es ineludible para los aficionados a las romerías populares. Una multitud procedente de todo el territorio se congrega alrededor de la basílica para participar en el mercado, heredero de la antigua feria, y en la posterior verbena. La misa se celebra a las once de la mañana, tras la que habrá demostración de deporte rural. La música del grupo Izotz empezará a sonar a las 17.30.

Los actos se prolongan durante los siguientes días hasta el 2 de mayo. El martes 29 y el miércoles 30 el protagonista es el teatro con La defensa de Sancho Panza, de Fernando Fernán Gómez (Teatro Principal, 20.30). El jueves 1 de mayo, la fiesta se traslada al santuario de Estíbaliz donde el atractivo es el concurso de pintura rápida al aire libre que este año llega a su décima edición.

Y ya el jueves, la cita vuelve al Teatro Principal con el Ballet de San Petersburgo, que interpretarán una serie de miniaturas coreográficas en recuerdo del 100º aniversario del coreógrafo Leonid Yacobson.