Bernard Katz, Nobel por su trabajo en la química del sistema nervioso
Sir Bernard Katz, que en 1970 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su trabajo para explicar cómo se transmiten los mensajes entre los nervios y los músculos, falleció a los 92 años. Vivía en Londres desde el final de la II Guerra Mundial.
Sir Bernard recibió el premio, junto con los fisiólogos Ulf von Euler y Julius Axelrod, por describir con precisión, en líneas de investigación separadas, cómo se comunican entre sí las células cerebrales y cómo ponen al cuerpo en movimiento. Su trabajo ayudó a establecer las bases de la moderna psicofarmacología, que explica, entre otras cosas, los mecanismos de la adicción a los fármacos y de las enfermedades mentales, y los efectos de ciertos gases tóxicos. Katz estaba fascinado por el problema de cómo podían los impulsos eléctricos, que recorren las fibras nerviosas en forma de secuencias de espigas, enviar un mensaje preciso a otra célula nerviosa a través de los vacíos, denominados sinapsis, entre células. En esa época, esos vacíos eran tierra de nadie. Nadie comprendía cómo se traducían los impulsos eléctricos de un lado del vacío, rápidamente y sin cambios, en impulsos al otro lado.
Pocos años antes de la II Guerra Mundial, otros investigadores habían demostrado que los nervios que viajan a los músculos por todo el cuerpo liberan, cuando están en funcionamiento, una sustancia química denominada acetilcolina. Katz decidió descubrir cómo se secreta esta sustancia. Utilizando las herramientas sencillas disponibles en los años cincuenta, midió las cargas eléctricas en el punto de unión entre los nervios y los músculos, cuando los primeros están transmitiendo. Para su sorpresa, también descubrió diminutas lecturas eléctricas cuando los nervios no estaban transmitiendo. Pensando que había algo equivocado en su maquinaria, Katz aplicó veneno para paralizar los músculos que utilizaba en sus preparados. De esa forma se paraba toda actividad. Esto significaba que las pequeñas lecturas voltaicas de las células en descanso debían representar la actividad real de los extremos nerviosos. A continuación descubrió que el tamaño de las lecturas eléctricas era siempre múltiplo de un valor mínimo diminuto, pero exacto.
Bernard Katz nació el 26 de marzo de 1911 en Leipzig, Alemania, hijo único de un comerciante de pieles judío ruso. Estudió en el Albert Gymnasium y en la Universidad de Leipzig, donde se licenció en medicina en 1934. En un ensayo autobiográfico recuerda muchos periodos de antisemitismo en ese periodo, lo que le llevó a plantearse el dejar Alemania. Un año después, Katz llegaba al laboratorio del Dr. Hill, en el University College de Londres, sintiéndose "un poco como David Copperfield cuando llegó desarrapado y sin un céntimo a la casa de su tía y lo metieron en un baño de agua caliente". Katz estudió en Londres, donde conoció a otros jóvenes investigadores que más tarde formaron el núcleo que después de la guerra ayudó a transformar la fisiología contemporánea.
Tras doctorarse en 1938, rescató a sus padres de la Alemania nazi y se trasladó al laboratorio de sir John Eccles, en el Instituto Kanematsu de Sydney. Tras obtener la ciudadanía británica en 1941, se unió a las fuerzas aéreas australianas como oficial de radares, y pasó la guerra entre el sureste del Pacífico y Nueva Guinea.
Al terminar el conflicto, se casó con la australiana Marguerite Penly, y aceptó un regalo de boda del Dr. Hill: la invitación a volver al University College de Londres como becario Henry Head de la Royal Society, y como director adjunto de investigación biofísica. Permaneció en esta universidad durante el resto de su carrera. Katz recibió el título de sir en 1966. Su esposa falleció en 1999. Les sobreviven sus dos hijos, David y Jonathan.-
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