"Llevaré la compañía hasta el número uno"
Valentín Chapero Rueda (Madrid, 1956) ha preferido, como él mismo afirma, ser cabeza de ratón en lugar de cola de león. El pasado mes de septiembre abandonó su cargo de responsable de Infraestructura de Móviles de Siemens, una de las unidades de negocio más importantes de la firma muniquesa, con una facturación de 7.000 millones de euros, para aceptar la oferta de dirigir la compañía suiza de prótesis auditivas Phonak, con un negocio 20 veces inferior.
El objetivo de este hijo de emigrantes en Alemania, doctor en Física por la Universidad de Heidelberg, es lograr que su nueva empresa, con 2.400 empleados y presencia en 20 países, deje de ser el número tres en la lista del sector para ocupar el primer puesto.
Pregunta. Usted es uno de los pocos españoles al mando de una multinacional. ¿A qué atribuye esta escasa representación española en las grandes firmas?
Respuesta. Supongo que las personas con la formación adecuada y la capacidad directiva necesaria para este tipo de actividades encuentran suficientes oportunidades en España. Todos sabemos que los españoles prefieren quedarse en su propio país. Yo no diría que al ejecutivo medio español le guste salir de su país.
P. ¿Por qué no ha tomado usted esa decisión?
R. Yo he pasado toda mi vida, a partir de los siete años, en Alemania. Ya de entrada, una vez que empecé a ser ejecutivo, empecé a serlo en el extranjero. He estado en Inglaterra, en Estados Unidos... Estuve también un tiempo en España, lo que para mí fue una experiencia extranjera; no extraña, pero extranjera. Y ahora, desde hace seis meses, estoy en Suiza.
P. Ha sido responsable de Infraestructura de Móviles de Siemens, una de las unidades de negocio más importantes de la multinacional alemana. ¿Por qué decidió abandonar esta tarea?
R. Hay que diferenciar entre cantidad y calidad. En el caso de Siemens, las cantidades eran impresionantes, eso es verdad, y la complejidad del negocio, muy alta. Pero al llegar a estos niveles dentro de una multinacional como Siemens, uno cada vez se ve más metido en un entorno administrativo, político... Pierde el contacto directo con el negocio, que es algo que a mí siempre me ha gustado mucho. Por eso, al presentarse esta oportunidad con Phonak, la decisión que tuve que tomar era, o bien ser un alto ejecutivo de una multinacional, pero siempre dentro de un sistema bastante administrativo, o ser el número uno de una empresa más pequeña, pero con una capacidad de gestionar y de reaccionar a la situación del mercado mucho más elevada. Prefiero ser cabeza de ratón que cola de león.
P. La confianza de Phonak en usted es absoluta. Andy Rihs, presidente del consejo de dirección y cofundador de Phonak, le define como "un nuevo pionero". ¿Hacia dónde quiere dirigir la compañía?
R. Hacia el número uno. Phonak es una empresa que en los últimos años no ha logrado transmitir toda su fuerza hacia el mercado. Con lo que pensaba antes de iniciar esta función, y con lo que he visto en los últimos seis meses que estoy dentro de Phonak, estoy convencido de que llegaremos a ser el número uno en facturación.
P. Según las estadísticas, sólo el 15% de los cerca de 500 millones de personas que sufren problemas auditivos utilizan audífono. ¿Qué cree que se debe hacer para aumentar ese porcentaje?
R. Es uno de los grandes retos de la industria. Este porcentaje se entiende desde el punto de vista de la cosmética, del estigma. Una persona con audífono aparenta ser mayor, aparenta tener problemas de comunicación. No es algo atractivo. Nadie quiere tener un audífono. Estamos en una industria que genera productos que nadie quiere, pero estamos modificando la percepción pública pasito a pasito porque, entre otras cosas, hoy es más normal ver a alguien con un aparato en el oído. Básicamente, es psicología. Cuando logremos franquear esa barrera, cuando no se identifique audífono con viejo, entonces este mercado va a explotar.
