Una boda para reclamar el derecho de casarse

La de ayer fue la primera boda civil entre dos mujeres en Barcelona. Aunque sólo simbólica, ya que no está reconocido el matrimonio entre personas del mismo sexo. La elección del día no fue casual para Eliana, de padre brasileño y madre catalana, y para la portuguesa Maria Joao, las dos afincandas en Barcelona desde hace años. Ayer, 25 de abril, se conmemoraba la Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal y ellas eligieron ese día para casarse en uno de los solemnes salones del Ayuntamiento barcelonés y convertir su enlace en un acto de reivindicación pública de los derechos de las parejas homosexuales.

La ceremonia, que empezó con la media hora tarde de rigor debido al retraso de las dos novias, fue oficiada por la regidora de Derechos Civiles del Ayuntamiento, Roser Vecina, elegida en la candidatura de ERC-Els Verds.

No hubo intercambio de anillos ni nada de lo habitual en una boda, excepto el sí quiero y el beso final. Pero hubo manifiesto. Se titulaba Manifiesto verde, rojo y amarillo -en alusión al color de las banderas de sus países- y lo leyeron en portugués. "Queremos compartir este acto con los extraños que necesitan contabilizar nuestra existencia o estado para que se nos reconozcan los derechos que nos han sido secuestrados", decía parte del manifiesto. También reclamaron "el derecho a utilizar tranquilamente desde una cama de matrimonio en un hotel a una promoción familiar de transporte, al impuesto de la renta, a una decisión importante en un hospital", que según ellas son "elementos cotidianos para los que, como pasear de la mano, no tendríamos que necesitar ni muchos ni probablemente ningún papel".