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ESPACIO | Vuelos suborbitales

Nuevo prototipo de avión espacial

Tras dos años de trabajo en relativo secreto, el conocido ingeniero aeronáutico estadounidense Burt Rutan presentó el pasado sábado en el desierto californiano de Mojave su prototipo de avión espacial. Con él pretende optar al Premio X, destinado a aquel aparato que sea el primero en efectuar al menos dos vuelos suborbitales -alcanzando una altura de 100 kilómetros- en un periodo de dos semanas con tres pasajeros a bordo. Este premio, dotado con 10 millones de dólares, pretende fomentar la industria aerospacial privada, que respondería a una fuerte demanda turística. El sueño de Rutan y tantos otros está demostrando estar plagado de dificultades.

El nuevo avión espacial, llamado SpaceShipOne, será lanzado desde otro avión, el White Knight, cuyo vuelo inaugural se produjo el 1 de agosto de 2002 y que desde entonces ha volado 20 veces y acumulado casi 50 horas de vuelo. Todavía no se ha probado, por tanto, el nuevo vehículo, y las pruebas se harán secuencialmente -empezando por soltarlo simplemente como planeador para probar el aterrizaje- hasta que Rutan y su empresa Scaled Composites se decidan a optar al premio, ha informado la empresa. En un comunicado, Rutan declaraba antes de la presentación: "No se trata de sueños, predicciones o maquetas. Vamos a mostrar máquinas de verdad: un avión para lanzamiento a gran altura, un vehículo espacial preparado para volar, un nuevo sistema de propulsión cohete ya probado en tierra y mucho más. Esto no es simplemente el desarrollo de otro avión experimental sino un programa espacial completo con todos los elementos de apoyo".

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Según Rutan, ni él ni su empresa buscan financiación ni vender nada. "Estamos en la mitad de un programa de investigación importante, para comprobar si se puede acceder al espacio por otra vía que no sean los caros programas gubernamentales". Después de la presentación del pasado sábado, el programa seguirá desarrollándose en secreto.

El sistema de vuelos espaciales tripulados parte del avión experimental Proteus, informa Space.com, modificado para poder lanzar un vehículo espacial reutilizable con tres personas a bordo hasta 180 kilómetros de altura, en un vuelo parabólico que concedería a los pasajeros casi cinco minutos en condiciones de microgravedad. El mismo sistema permitiría lanzar cohetes de dos etapas con microsatélites de hasta 36 kilogramos hacia una órbita baja.

El sistema tiene su origen en el programa X-15 de la NASA y las fuerzas aéreas estadounidenses de los años sesenta, informa la revista Aviation Week, que también indica que un cliente de Scaled Composites, cuya identidad no se ha dado a conocer, está financiando el programa, que incluye varios vuelos suborbitales.

Turismo espacial

Rutan está obsesionado con obtener el Premio X, como reconoce en la página de Internet del galardón: "Nunca he sido tan creativo como durante los últimos meses", afirma."El Premio X tiene, más que nada en el mundo, la posibilidad de ayudar a convertir en una realidad el turismo espacial.. y abrir la puerta a una industria totalmente nueva". Convocado en 1996 y financiado por instituciones privadas e individuos (como el escritor Tom Clancy), es un galardón similar a los que proliferaron en la primera época de la aviación.

El pasado sábado Rutan reconoció que le gustaría hacer un vuelo de prueba antes del centenario del primer vuelo con motor de la historia, el de los hermanos Wright, en diciembre de 1903. Sin embargo, ni él ni la empresa han querido revelar nada sobre el coste del programa y el posible coste de cada vuelo comercial futuro. En la presentación estuvo acompañado por Maxim Faget, diseñador espacial de los primeros programas de la NASA; Erik Lindbergh, nieto de Charles Lindbergh y Dennis Tito, el millonario que voló a la estación espacial internacional en el año 2001.

Los elementos del sistema de Rutan son el avión White Knight, turbopropulsado, que lanzará el avión espacial desde una altura de 16 kilómetros; el avión espacial SpaceShipOne, que dispone de un motor cohete de tipo híbrido (el combustible es óxido nitroso y goma como la de los neumáticos) y un simulador de la cabina de mando, que es común al avión nodriza y al avión espacial.

Los mandos de ambos vehículos son en su mayor parte manuales, ya que de lo que se trata es de ahorrar costes. La investigación de la propulsión corre a cargo de la empresa SpaceDev, cuyos responsables aseguran que los ensayos de ignición en tierra han ido bien. El combustible resulta, además de barato y limpio, no peligroso, ya que no existe riesgo de explosión.

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