Josep Maria Vidal, un párroco solidario y audaz
Josep Maria Vidal i Aunós, rector de la basílica de Santa Maria del Pi, en Barcelona, murió ayer por la mañana a la edad de 82 años tras una vida dedicada al mundo parroquial y a la atención de los desprotegidos. Imbuido del espíritu del Concilio Vaticano II, Josep Maria Vidal escogió a lo largo de su vida trabajar cerca de los fieles, en parroquias populares, donde propició aun durante el franquismo el debate social, la integración y la tolerancia.
Mosén Vidal fue nombrado en 1992 párroco de la basílica de Santa Maria del Pi, en pleno barrio barcelonés del Raval, una rectoría que se convirtió en noticia durante los dos primeros meses de 2001, cuando la iglesia fue ocupada por 300 inmigrantes que protestaban contra la Ley de Extranjería.
El encierro de los inmigrantes se inició en una manifestación de 2.000 personas que reclamaban Papeles para todos en la plaza Catalunya. La idea del encierro prendió entre los manifestantes cuando todavía ocupaban las calles. Se dirigieron en primer lugar a la catedral, donde se les negó la entrada. Pero a poco más de 500 metros de distancia se encuentra la basílica de Santa Maria del Pi, donde los inmigrantes, musulmanes en su mayoría, encontraron cobijo esa misma tarde y durante los 47 días que duró el encierro. La parroquia se llenó de colchonetas y bolsas de ropa; los encerrados se declararon en huelga de hambre.
Mosén Vidal explicó en diferentes entrevistas concedidas durante aquellas semanas difíciles que los inmigrantes podían tener un dios que mirara las cosas de forma distinta que el suyo, pero que en realidad ambos dioses eran el mismo. No era la primera vez que Mosén Vidal acogía a los perseguidos.
Mosén Vidal nació en 1921 en Fòs, Francia, a pocos kilómetros de la frontera con Andorra. Hijo de emigrantes araneses, decidió desde muy joven dedicarse al sacerdocio. Ingresó en un seminario andorrano y en 1939 se trasladó a Barcelona, donde completó los estudios eclesiásticos. Tras cuatro destinos como vicario en diferentes parroquias, en 1957 recaló en la iglesia de Sant Medir, en el barrio barcelonés de La Bordeta.
Entre las paredes de la parroquia de Sant Medir se formó en 1964 el embrión catalán de Comisiones Obreras, la Comissió Obrera Nacional de Catalunya. Y encontraron apoyo en 1959 los obreros de Hispano-Suiza, que estaban en huelga. Y también allí se formó el llamado Grup de Defensa i Promoció dels Drets Humanas. Eran los tiempos en que mosén Vidal intentaba no recordar el apellido de nadie por cuestiones de seguridad. Durante 25 años, Vidal fue rector de la parroquia de Sant Medir, y durante otros 10 de la basílica de Santa Maria del Pi.
En marzo del año 2001, días después del llamado Acuerdo de Barcelona -que puso final al encierro de los inmigrantes en la basílica de Santa Maria y permitió que muchos de los encerrados obtuvieran papeles de residencia-, Mosén Vidal mostró de nuevo su audacia, ahora no contra el poder, sino contra la satisfacción excesiva: "Pienso que todavía hay muchos inmigrantes en una situación precaria, y por todos ellos tenemos que seguir luchando".
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