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LA TRANSICIÓN EN IRAK | La nueva Administración

Kurdos armados echan de sus casas a los árabes

Algunas familias árabes que viven en los distritos kurdos de la ciudad petrolera de Kirkuk afirmaron ayer que están siendo forzadas a dejar sus casas por hombres armados. Docenas de árabes se reunieron ante el principal edificio administrativo para protestar por los maltratos, las amenazas e incluso los saqueos efectuados por la población kurda.

Mithad Abdul Rahman Mohamad Amin, un taxista de 37 años, dijo que tres milicianos kurdos armados con rifles Kaláshnikov le dieron tres días para abandonar su casa o enfrentar las consecuencias. "Dijeron que nos matarán si no nos marchamos", afirmó en su residencia, donde vive con su extensa familia. "Hice esta casa con mis propias manos, ¿cómo podría abandonarla?".

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La de Amin es una de las varias familias árabes que viven en los barrios de mayoría kurda de Kirkuk, una ciudad estratégica controlada por la población árabe durante los años de Gobierno de Sadam Husein, pero que ahora es reclamada por los kurdos.

Amin se mudó a la ciudad en 1987 cuando el Partido Baaz de Sadam le otorgó una parcela de tierra para construir su casa, como parte de un programa de arabización creado para diluir la presencia kurda en la urbe. Amin afirma que entiende la sed de venganza de los kurdos después de décadas de sufrimiento bajo el régimen de Sadam Husein. "Pero ésta no era la casa de nadie. La construí yo mismo y tengo los documentos para probarlo", dijo.

Problema para EE UU

Cuando las fuerzas gubernamentales iraquíes abandonaron sus posiciones en Kirkuk, después de los intensos bombardeos por parte de los aviones de EE UU, cientos de milicianos kurdos entraron en la ciudad. Pero la celebración enmascaraba las tensiones existentes entre los kurdos y con otros grupos étnicos, como los árabes o los turcomanos. Turquía también mostró su alarma, temiendo que el control kurdo de esta estratégica urbe pueda alentar a su propia minoría kurda.

La mayoría de los milicianos abandonaron rápidamente la ciudad por la presión de EE UU, pero algunos se han quedado para patrullar las calles junto con las tropas estadounidenses. Fuentes militares en Kirkuk admiten que es difícil controlar los excesos de los kurdos, mientras cientos de familias buscan regresar a sus casas, que fueron obligadas a abandonar.

"Durante los últimos 40 años, el Partido Baaz ha abusado de mucha gente, tomando tierras, matando y encarcelando. Lo que está pasando aquí es muy difícil de controlar", dijo Rozgar Ali, representante en Kirkuk de la Unión Patriótica del Kurdistán, uno de los dos principales grupos kurdos en Irak.

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