Tenemos actor nuevo en la oficina
Espiar a los empleados con agentes infiltrados en la plantilla está en alza en EE UU
Si está a punto de criticar al jefe ante ese compañero tan simpático que acaba de incorporarse, piénselo dos veces. Cada vez son más las compañías que vigilan las comunicaciones y actividades de sus empleados, y el último grito, al menos en EE UU, es infiltrar agentes que investigan a sus colegas haciéndose pasar por uno más.
El espionaje laboral en ese país es corriente en algunos sectores desde hace décadas, sobre todo ante sospechas de robo de propiedad industrial, violación de secretos comerciales o abuso de drogas. En los últimos años parece haberse extendido, en paralelo con la publicación de informes que reflejan un aumento de las prácticas ociosas en horario laboral. Para algunos expertos, el objetivo ya no es controlar a empleados problemáticos sino exigir más productividad a plantillas enteras. Un 82% de las compañías vigilaban el comportamiento de sus empleados en 2001, según la Asociación Americana de Gestión (AMA).
El 82% de las compañías vigilaba el comportamiento de sus empleados en 2001, según la Asociación Americana de Gestión
El espionaje laboral es común en algunos sectores ante sospechas de robo de propiedad intelectual, violación de secreto o uso de drogas
Una de las tendencias al alza consiste recurrir a espías humanos. Cada vez más compañías contratan a consultoras que se encargan de introducir a sus agentes en la plantilla. "La demanda aumenta", explica Nial Cronolly, presidente de la firma de detectives de Atlanta Eagle Investigative Services, al diario USA Today. "La semana pasada, estuvimos en una compañía y conseguimos un vídeo de varios tipos bebiendo cerveza en el trabajo".
En Florida, la consultora Humint Employment Services presentó un servicio de actores para desempeñar este papel. La prensa local sólo se mostraba sorprendida por la realización de castings para conseguir a los más adecuados. "Nuestra base de datos de actores está definida por tipo, empleando numerosos criterios como edad, sexo, etnia, apariencia económica y habilidades", dice el director de la consultora, Jody Gorran. Algunas organizaciones han mostrado recelo por el pasado de Gorran, que comenzó como informador para el FBI en los años sesenta, según constaba en su página web.
Los actores de Humint reciben formación en tácticas de vigilancia y en el trabajo que les sirve como tapadera. El responsable de estas clases es Glenn Bruce, guionista de películas como Kickboxer y series como Los Ranger de Texas y Los Vigilantes de la Playa. El nuevo compañero actúa como uno más. Pero al final de la jornada llama por teléfono a la consultora, contando lo que ha visto y quién lo ha hecho. Su trabajo puede demorarse meses.
En Florida, nada de lo que hace Humint está prohibido. Sí es ilegal obtener grabaciones de alguien sin su consentimiento. Por eso los actores-espía trabajan sin cámaras ni micrófonos. Sólo oír, ver y contar.
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