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El Gobierno catalán amenaza con impedir el trasvase del Ebro

El PP no irá a la reunión del Consorcio del Delta convocada por la Generalitat

A las puertas de las elecciones municipales, el Gobierno catalán, en manos de Convergència i Unió (CiU), quiere escenificar la ruptura con el PP y desandar lo andado en el Plan Hidrológico Nacional (PHN), que contribuyó a aprobar en las Cortes hace dos años y al que se opone buena parte de la opinión pública catalana. CiU intenta ahora aumentar el caudal mínimo del Ebro para que se trasvase agua, y para ello ha convocado una reunión urgente del Consorcio del Delta para el día 24. La respuesta del Gobierno central ha sido tajante. No asistirá.

El Gobierno catalán y CiU quieren explotar las malas relaciones con el PP para rectificar la imagen de la formación en las comarcas catalanas del Ebro, uno de sus feudos tradicionales que ahora ve amenazado por el el PHN. El plan ya está aprobado -CiU fue clave en el proceso-, pero el Ejecutivo de Jordi Pujol no esconde su interés por mantenerlo aparcado, al menos hasta que concluya el próximo ciclo electoral.

A principios de este mes, miles de activistas antitrasvase tomaron Barcelona en protesta por el PHN e hicieron un llamamiento explícito a boicotear al PP y CiU en las próximas elecciones. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reaccionó de inmediato y tres días después anunció en el Parlament que CiU impedirá el trasvase del Ebro si el Gobierno central no acepta fijar el caudal mínimo en 135 metros cúbicos por segundo, una cifra que supondría de hecho reducir a la mitad la cantidad de agua trasvasable anualmente.

La fecha escogida para representar la ruptura con el PP en materia de PHN es el 24 de abril. El Consorcio para la Protección Integral del Delta del Ebro (CPIDE) -un organismo en el que el Gobierno catalán dispone de mayoría por el voto de calidad de su presidente- ha convocado una reunión de la comisión ejecutiva para esta fecha con el fin de fijar el caudal mínimo y avanzar hacia la aprobación del Plan del Delta, un requisito legal para poder trasvasar agua del Ebro.

Los representantes del Gobierno central ya han anunciado que no acudirán a la reunión, según explicó ayer el delegado de la Generalitat en las comarcas del Ebro y presidente del CPIDE, Francesc Sancho, quien tildó el plante de "infantil". Tanto Sancho como Ramon Espadaler, consejero de Medio Ambiente, consideraron que si no se aprueba el plan del Delta "el trasvase será legalmente imposible".

Las discrepancias entre CiU y el PP sobre el caudal mínimo vienen de lejos, pero habían quedado aparcadas por la alianza parlamentaria entre ambas formaciones. El deterioro de las relaciones de las últimas semanas ha aconsejado a Convergència plantear ahora la cuestión como casus belli y convocar la reunión del CPIDE en plena precampaña.

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Ultimátum

La falta de acuerdo sobre el caudal no tiene ninguna aplicación práctica inmediata para el PHN, pero Espadaler planteó la reunión casi como un ultimátum: "Si no vienen a la reunión no hay plan del Delta del Ebro y si no hay plan tampoco hay trasvase del Ebro", aseguró a la agencia Efe.

El portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, subrayó que su formación dejó claro "desde el primer día que el trasvase del Ebro sería imposible sin un acuerdo sobre el caudal". "El Gobierno no ha querido abordar el problema antes y ahora el momento es muy malo", añadió.

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