La Cofradía de La Mina no puede sacar sus pasos en procesión
La procesión de la Cofradía de la Santa Cruz de La Mina y el Suroeste del Besòs no podrá salir este año en Semana Santa como lleva haciéndolo desde hace 22 años. La reurbanización del barrio de La Mina les obligó a abandonar el local donde guardaban las imágenes y montaban sus dos pasos procesionales: el Cristo crucificado y la Virgen Dolorosa. La construcción de la avenida que comunica este barrio con Diagonal Mar forzó el derribo del local de la cofradía. En el pequeño espacio de menos de 40 metros cuadrados al que se han trasladado no pueden montar los pasos, y si pudieran, no podrían sacarlos a la calle.
A cambio del antiguo espacio ahora derruido, el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs ha ofrecido a la Cofradía de la Santa Cruz de La Mina y el Suroeste del Besòs un pequeño local de 40 metros cuadrados y de techo bajo en el que resulta imposible armar un paso procesional de más de cinco metros de largo y casi otros tantos de altura. Por no hablar de la puerta, cuyas dimensiones no permiten que salga ni en el hipotético caso de que consiguieran armar un paso de baja altura. La iglesia del barrio tampoco sirve. Su puerta es también de pequeñas dimensiones.
Juan Naranjo, el hermano mayor de la cofradía, explica con "rabia" contenida que este año se van a tener que quedar en casa. Han trasladado la imagen de la Virgen Dolorosa desde un tercer piso donde la guardaban al pequeño local que les ha cedido el consistorio y la han vestido como si fueran a colocarla sobre el paso, y esperan que los cofrades y los fieles la visiten. "Queremos reivindicar que nos cedan un local que tenga la mínima altura para poder montar el paso", explica.
La Cofradía de la Santa Cruz de La Mina y el Suroeste del Besòs se llama así porque en su recorrido llega hasta la calle de Alfons el Magnànim. Su junta la forman 15 hermanos y cuenta con algo más de 100 socios que cotizan. Los colores de sus hábitos son el negro -"de la Dolorosa", aclara Juan Naranjo- y el morado del Cristo.
Naranjo es granadino, pero el origen de los cofrades, asegura, es muy variado; hay andaluces de todas partes y también muchos catalanes.
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