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El PSC se queda aislado en el cierre de la comisión de las encuestas falsas

Convergència se felicita por el "saludable" cierre de la comisión

El Partit dels Socialistes (PSC) se quedó ayer aislado en el rápido cierre de la comisión de investigación sobre las encuestas al avalar en solitario las conclusiones, que llegarán al pleno sin ninguna garantía de que sean aprobadas. Convergència i Unió (CiU) se abstuvo y el resto de partidos boicotearon la sesión y se negaron a votar para poner de manifiesto, dijeron, las "chapuzas" y el "pasteleo" de los dos grandes partidos catalanes. El Partido Popular, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) auguraron que el pacto entre socialistas y nacionalistas puede ser el prólogo para una gran coalición entre ambos tras las autonómicas.

Después de la dimisión, el pasado martes, de David Madí, número dos del conseller en cap, Artur Mas, socialistas y convergentes enterraron ayer a toda prisa la comisión de investigación parlamentaria más corta de la historia -sólo ha habido una comparecencia y a puerta cerrada- con la votación de las conclusiones, que en tono suave critican las "irregularidades" cometidas por el Ejecutivo de Jordi Pujol. El texto, impulsado en solitario por el PSC, pide al Gobierno catalán que antes del 30 de junio entregue un informe en el que verifique "todos los informes realizados y pagados".

No obstante, incluso este mínimo compromiso puede quedar en agua de borrajas y el final definitivo de la comisión adquirir visos aún más esperpénticos cuando las conclusiones lleguen al pleno del Parlament. Ahora mismo estas conclusiones están en el limbo: han sido aprobadas por un solo grupo y, por tanto, no es descartable que en el próximo pleno se rechacen. Al contrario: parece la hipótesis más probable a tenor de lo manifestado ayer por los portavoces de todos los partidos.

Si las formaciones minoritarias mantienen su negativa a votar y CiU se pronuncia en contra -como ayer insinuó-, las conclusiones, ya muy moderadas, quedarían en papel mojado. Sería el colofón final a una comisión que ni siquiera ha respetado el artículo 48.2 del reglamento de la Cámara, que la obligaba a "elaborar un plan de trabajo".El PP, Esquerra e Iniciativa subrayaron ayer su indignación por el carpetazo dado a la comisión de las encuestas y advirtieron que puede ser el prólogo de una gran coalición tras las próximas autonómicas. CiU ha insinuado en más de una ocasión que no descarta esta posibilidad y los socialistas han evitado desdeñarla públicamente, para desesperación de ICV, que implora desde hace meses a Pasqual Maragall para que opte sin ambigüedades por un pacto de izquierdas.

"Hoy se cierra el primer capítulo de un pacto entre CiU y el PSC que prefigura un acuerdo futuro", afirmó el republicano Joan Ridao, quien añadió que la "complicidad" entre ambas formaciones "demuestra que hay mucha suciedad debajo de las alfombras". En línea similar se expresó el portavoz adjunto del PP en el Parlament, Daniel Sirera: "Ha sido una burla a los ciudadanos, el PSC es cómplice de la corrupción y seguramente tras las elecciones asistiremos a un pacto entre CiU y el PSC, dos caras de la misma moneda".

Joan Boada (ICV) emplazó a los socialistas a explicar qué hay detrás del pacto, que tildó de "ignominioso". Boada aseguró ayer -y lo ratificó posteriormente el presidente de su partido, Joan Saura- que los ecosocialistas acudirán, tras las vacaciones de Semana Santa, a la fiscalía para que investigue al Gobierno catalán por "falseamiento de documento público" y "uso fraudulento" de fondos públicos.

Encuestas cualitativas

Sobre este último aspecto Boada señaló ayer de nuevo que el dinero que la Generalitat ha destinado al pago de algunos sondeos no coinciden con las condiciones que ella misma fijó en la homologación de las empresas si se toman como base los trabajos entregados a la Cámara. Una posibilidad -que la clausura de la comisión ha impedido verificar- es que el Ejecutivo haya remitido al Parlament sólo algunas partes de los sondeos. Tampoco ha aparecido ni una sola de las 12 encuestas cualitativas que, de acuerdo con los contratos suscritos, el Gobierno catalán encargó a una empresa demoscópica.

Los socialistas descartaron tajantemente que pueda hablarse de pacto con CiU, un reproche que tacharon de "cínico". El diputado David Pérez, que llevaba semanas preparando a conciencia la comisión de investigación y que había puesto un empeño especial en tratar de aclarar el misterio de los sondeos cualitativos, leyó un comunicado en el que mostró su satisfacción porque con la dimisión de Madí el Gobierno "ha asumido responsabilidades políticas".

CiU no ocultaba su alegría por la liquidación de la comisión y por los apuros de los socialistas para justificar su posición. "Ha sido un final lógico, correcto y saludable", afirmó el diputado Jaume Camps con una sonrisa de oreja a oreja.

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