El Gobierno estudia el bloqueo de fondos iraquíes a petición de EE UU

El Gobierno español está estudiando, a petición de Estados Unidos, el bloqueo de los fondos del régimen iraquí en España. El estudio tiene una doble vertiente, jurídica, para determinar si hay base legal para una acción de este tipo, y de investigación, para conocer el volumen de los fondos propiedad no sólo del régimen iraquí, sino también de personas vinculadas al mismo, según fuentes gubernamentales. El secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, declaró ayer que España está dispuesta a realizar un importante "esfuerzo financiero" para contribuir a la reconstrucción de Irak.

EE UU reiteró la semana pasada su petición a España para que expulse a los diplomáticos iraquíes y bloquee los fondos del depuesto régimen de Bagdad. La primera de estas peticiones se tradujo el pasado domingo en la expulsión de siete funcionarios de la Embajada iraquí en Madrid, a los que se ha dado de plazo hasta mañana para abandonar el territorio español. Estas expulsiones, de las que oficialmente no se ha explicado la causa, se han vinculado con el hallazgo en la sede diplomática de un arsenal de armas cuya existencia denunció el propio primer secretario de la embajada, Mahmud Jumma.

De su lado, la petición de bloqueo de fondos está siendo estudiada por el Ministerio de Economía. Washington ya ha bloqueado las cuentas del régimen iraquí y lo mismo anunciaron la semana pasada dos países acusados de actuar como paraísos fiscales, Liechtenstein y Suiza.

Las fuentes consultadas indicaron que la legislación española es muy estricta y que, a falta de un mandato internacional, se está estudiando si podría ser aplicabable una normativa de 1991, relativa al embargo, que somete a autorización previa las transacciones iraquíes con el exterior.

Al margen de las dudas jurídicas, se trata de determinar el volumen de los fondos iraquíes en España, no sólo los que pertenecen al Estado, sino también a personas vinculadas al régimen iraquí. Este último punto es el que entraña mayor dificultad, especialmente si se pretende incluir el posible patrimonio inmobiliario o el gestionado por empresas pantalla.

EE UU sospecha que Sadam Husein y sus colaboradores más directos colocaron en el extranjero una fortuna que algunas estimaciones elevan hasta 20.000 millones de dólares, pero las fuentes consultadas dudan de que el bloqueo de las cuentas en España arroje resultados significativos.

Medida simbólica

La medida tendría, al menos, un carácter simbólico en un momento en que muchos países, entre ellos España, se proponen realizar una importante "esfuerzo financiero", en palabras del secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, para contribuir a la reconstrucción de Irak.

Costa afirmó ayer que el Gobierno español defiende la adopción de medidas para "aliviar" la "insostenible" deuda externa de Irak, que se cifra entre 200.000 y 390.000 millones de dólares, si se incluyen las compensaciones de guerra (especialmente a Kuwait e Irán) y los contratos incumplidos. No obstante, admitió que la deuda con España (de casi 500 millones de dólares, contando intereses y compromisos no ejecutados) es muy reducida en relación con la de otros países, a los que corresponde marcar la pauta.

La condonación total o parcial de la deuda no será, sin embargo, la única contribución económica española. Costa dio por sentado que España participará en la conferencia de donantes que, en su momento, deberá proveer los recursos para financiar la reconstrucción de Irak.

Costa se mostró satisfecho de que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial acordaran el pasado fin de semana en Washington implicarse en la reconstrucción de Irak, lo que a su juicio garantizará la transparencia del proceso y su carácter multilateral. El responsable de Comercio eludió concretar la cuantía o el porcentaje de la contribución española -que en casos similares ha oscilado entre el 2% y el 5% del total-, alegando que antes habrá que identificar las necesidades del pueblo irquí, para lo que se desplazará a Irak una misión técnica en cuanto las condiciones de seguridad lo permitan, y conocer también el grado de solidaridad de los demás países y organismos multilaterales.

Costa subrayó que la reconstrucción de Irak no es necesaria sólo por la guerra, sino por la errática política ecónomica de Bagdad, que ha reducido la renta per cápita iraquí a menos de la mitad en las últimas dos décadas. Y tuvo especial cuidado en desvincular sus gestiones en Washington de los contratos que puedan obtener empresas españolas. La Secretaría de Estado de Comercio, agregó, hará su "papel normal", centrado en el "apoyo informativo" a las compañías, como en cualquier otro mercado.

Costa consideró lógico que los contratos de reconstrucción sufragados por la agencia federal de EE UU (Usaid) beneficien a compañías estadounidenses, igual que los créditos FAD lo hacen a las empresas españolas.

De su lado, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, subrayó ayer la "acreditada fama y experiencia" de cinco firmas españolas preseleccionadas en el programa Petróleo por Alimentos de la ONU para proveer asistencia humanitaria en Irak en seis concursos cuya cuantía oscila entre seis y 85 millones de dólares.