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La Guardia Civil entrega aerosoles de gas irritante para la autodefensa de sus agentes

Jorge A. Rodríguez

La Guardia Civil está armando con "aerosoles defensivos con agente activo CS" a sus agentes destinados en unidades operativas para que los utilicen en "situaciones conflictivas en que no se dan los requisitos que justificarían el empleo de armas de fuego". El Estado Mayor de Logística de la Dirección General de Operaciones ha enviado a las unidades un catálogo de normas a las que tendrán que atenerse los agentes antes de rociar el gas. La Dirección General del instituto armado confirmó ayer la entrega de este nuevo elemento para la autodefensa de los guardias.

El reparto de los aerosoles, coloquialmente conocidos como sprays antiviolación, se está desarrollando a lo largo de este año. El gas CS (clorobenzolmalonotrilo), de los que ya disponen los antidisturbios de la Ertzaintza, es irritante y deja aturdido y fuera de combate al rociado durante unos 30 minutos, por afección de los ojos y las vías respiratorias. Generalmente no deja ni lesiones ni secuelas.

Las normas que han sido distribuidas entre los agentes explican que éstos podrán utilizar el gas irritante en las "acciones de agresión, resistencia o detención en las que sea precisa la inmovilizacion temporal". La dirección considera que el aerosol está "especialmente indicado" para "reducir a individuos de gran corpulencia y especialmente agresivos", "grupos desproporcionados en número con la fuerza actuante", "desalojo de locales cerrados de pequeñas dimensiones (empleando máscaras de gas)", "conducciones de presos, especialmente cuando sea preciso permanecer acompañándolos enre el público donde pueden producirse fugas por forcejeo" o para "evitar el ataque de animales".

La dotación de aerosoles había sido solicitada por grupos operativos del instituto armado y ha sido bien recibida por la Asociación de Simpatizantes de la Guardia Civil (Asigc). No obstante, ésta lamenta que además de facilitar los rociadores de gas "el Gobierno no invierta en cursos formativos de defensa personal policial" ni en preparar "psicológicamente a los agentes para actuar con la mesura y proporcionalidad necesaria en caso de intervención".

Los guardias que desenfunden el aerosol deberán rociarlo a una distancia de menos de tres metros, "dirigiéndolo hacia la cara del agresor o sobre las cabezas del grupo a reducir". Se recomienda usarlo en lugares aireados, pero no se impide "emplearlos en lugar cerrado y para casos muy excepcionales".

Los envases que se están repartiendo están cargados con "seis descargas de un segundo". La persona rociada notará inmediatamente "agitación, tos, dolor de pecho, posible ataque de pánico por la sensación de asfixia aguda", así como "fuerte sensación de quemadura, lagrimeo abundante, inflamación de los párpados y conjuntivitis". Por ello, se ordena a los agentes que se lleve inmediatamente al médico al rociado.

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El uso de gas CS ha sido puesto en cuestión por Amnistía Internacional (AI), especialmente después de que en un entrenamiento de agentes en el Reino Unido uno de ellos sufriera graves quemaduras. Además, Amnistía señala que hay "riesgo de muerte en las personas con asma o que estén tomando medicamenteos y también si son inmovilizadas en una postura que dificulte la respiración".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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