_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Crispación

No cabe duda de que el ambiente está crispado. En la calle y en el mundo político. ¿Por culpa de quién? Sin duda alguna, por culpa de la guerra contra Irak y de quienes la decidieron. Si el presidente Aznar no hubiese apostado por unirse a Bush y Blair y meter a España en el conflicto, sin haber explicado claramente los motivos de esta decisión personal -pues ha sido una decisión personal, tomada sin consultar a su partido ni pedir la aprobación del Congreso de los Diputados- la ciudadanía no habría salido a la calle a mostrar su rechazo. Si España no hubiese formado parte de esa tripleta formada por Bush, Blair y Aznar, especie de somatén internacional para imponer un nuevo orden mundial o vaya usted a saber qué, liderado por el presidente de los Estados Unidos, el analfabeto Bush, y sin que el presidente del Gobierno español haya informado de los motivos y beneficios que a España le reportaría esa participación, los españolitos estarían asistiendo desde lejos a esa guerra y prestando su atención, por lo que a la política se refiere, a las elecciones municipales y autonómicas que están a la vuelta de la esquina. Pero la gente se ha lanzado a la calle a manifestarse en contra de la participación de España en esa guerra en la que nos ha metido Aznar. Naturalmente, cuando el pueblo se manifiesta masivamente para expresar su protesta, no es extraño que se produzcan excesos y actuaciones violentas -todas condenables- pero que traen cuenta de lo dicho. Por otra parte, se han oído voces protestando, por ejemplo, de que algunos manifestantes enarbolaban banderas republicanas. ¿Por qué esas banderas, se preguntaban? Pues muy sencillo: porque quienes portaban esas enseñas eran republicanos que querían hacer patente su identidad en la protesta. Aznar y su fiel Arenas, insisten una y otra vez en acusar al PSOE e Izquierda Unida de ser los culpables de todos los desmanes y violencias. Saben que no es verdad, pero lo repiten y seguirán repitiendo mil veces con el mejor estilo goebbelsiano para que cale en la opinión pública. Pero los únicos culpables de la crispación popular son quienes metieron a España en este berenjenal bélico. ¿Y a cambio de qué?

fburguera@inves.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_