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Tribuna:ASÍ SE HIZO "ANDALUCÍA ES DE CINE"
Tribuna
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Una obra de precisión

¿Cómo afrontar una serie sobre algo tan extenso como un país? ¿Cómo afrontar algo tan complejo, a veces tan volátil, como es el país llamado Andalucía? Porque sin duda el tejido andaluz es evidente en sí mismo, por lo menos para los que conocen o viven en Andalucía, pero indescriptible para los demás. Y esto es lo que pretende esta serie: Describir lo indescriptible, o sea, el país andaluz.

Por lo pronto, el proyecto del productor Juan Lebrón -Sevillanas, Flamenco, Semana Santa- se sometió a diversos expertos en temas andaluces y en distintas ramas generales de la economía: agricultura, historia, arte, urbanismo... Pero, a la vez, Caballero Bonald o Fernando Olmedo y otros, dieron su opinión meramente narrativa, su experiencia en esa cosa maravillosa que es, simplemente, contar cosas.

Y empezamos a contar Andalucía, a contarla desde el medio narrativo más moderno, que es el cine. Y a contarla con veracidad, sin gestos folclóricos, sin regusto por lo rancio, para que afloraran sólo los sabores netos. En definitiva, si alguien nos preguntara qué es lo que caracteriza esta serie, diríamos que es la precisión.

El mapa andaluz se dividió en cuadrículas, en una red geométrica de pueblos, capitales y regiones. ¿Por qué? Porque desde el primer momento se decidió que a pueblos grandes o pequeños, ciudades antiguas o modernas, regiones famosas o menos famosas se les iba a dar la misma dignidad narrativa.

Y, ¿cuál iba a ser esa forma? Pues la de un paseo del ojo por la realidad más real del país andaluz. Un ojo que se moviera sin descanso -es decir, la cámara no se para nunca- por las calles y plazas de las ciudades. Y que volara por encima de los tejados cuando le apeteciera. Un Diablo Cojuelo por encima de las cúpulas y chimeneas de los andaluces. La cámara no se detiene ni un momento, unas veces transcurre en un travelling como un andante -a veces de kilómetros- y otras se acelera sobre campos y olivares.

Para los travellings terrestres se eligió una cámara rodante montada sobre un steady para amortiguar los desniveles del terreno. Para las tomas aéreas, un helicóptero de última generación con plataformas especiales para la cámara. Se llegaron a probar varias plataformas, algunas traídas de la aviación militar inglesa -de espionaje, vamos- hasta que, desechadas todas, se fabricó una plataforma especial para este rodaje, diseñada por ese maestro del cine aéreo que es Luis Berraquero, director de fotografía y as de la aviación.

Del rodaje terrestre se ocupó un equipo liderado por el director de fotografía Alfredo Mayo -Los lunes al sol-, y en una segunda fase Juan Amorós -El amor perjudica seriamente la salud-. Su trabajo es tanto más meritorio puesto que los contrastes de luz en el sur son muy violentos, entre el sol y la sombra, y se trataba de darle a la serie la calidad de fotografía que tiene el cine de ficción y de la que habitualmente carecen los documentales. Para ello se tuvo que dividir el rodaje en dos grandes épocas metereológicas, el invierno, con sus cielos limpios y claros, y la primavera tardía para los campos y zonas costeras. El rodaje se prolongó a lo largo de dos años. Se trataba de contar, de narrar, de hacer respirar, 250 pueblos, comarcas, ciudades, capitales, costas, castillos, fortalezas, barriadas, calles, casas, iglesias, autopistas, cultivos, fábricas... La vida, en fin, a tres minutos por día. Tres minutos del respirar de la tierra. Para esos tres minutos que se dedican a cada pieza de la serie, se tuvieron que filmar 250.000 metros de negativo: más de 100 horas de duración. Metraje que ahora mismo constituye el archivo de imágenes más importante de Andalucía.

Durante el rodaje, el mapa de Andalucía parecía una carta militar de operaciones, todo cubierto de banderitas de colores: verdes y rojas, sobre todo. Un mapa de rodaje en el que se cruzaban las operaciones por mar y por tierra. Parecía la guerra. Porque a veces había que "reconquistar" el terreno ganado y luego perdido, o sea repetir. Podía ser porque el mal tiempo hubiera entorpecido el vuelo del helicóptero, o porque un insecto volador se hubiera estrellado con el objetivo... O por las dificultades con las autoridades de aviación para sobrevolar determinadas áreas... Los alcaldes locales cooperaron muy bien. Los rodajes nocturnos requerían que las grandes ciudades encendieran antes de tiempo las luces de sus monumentos, torres, castillos, plazas -había que rodar unos minutos antes de la noche total para que el cielo marcara aún la luz dorada del crepúsculo-.

Los textos que acompañan las imágenes son de José Manuel Caballero Bonald. No poéticos, pero sí exactos como un poema, tienen las palabras justas, ni una más ni una menos. Sus descripciones informan, pero no son "informativas". Caballero Bonald ha hecho unos textos elegantes, fáciles de decir y de oír. Juan Luis Galiardo ha prestado su voz caliente a las cálidas imágenes de la serie.

Para vestir la serie en posproducción se pudo contar con dos excepcionales profesionales ingleses, Michael Illingworth y Steven Murgatroyd, -Glatiator, Harry Potter- que estabilizaron algunas imágenes y, sobre todo, le dieron el look al que la industria norteamericana nos tiene acostumbrados. Después de algunas pruebas y ensayos con algunos ordenadores digitales, se optó, al final, por un Flame Dicreet Logic que es algo así como el Rolls Royce de los ordenadores.

La serie Andalucía es de cine marca un antes y un después en la historia del testimonio documental filmado en Andalucía. No, no es una exageración. Habrá que partir de este hecho para conocer cómo es la slide of life (instantánea de la vida) de la Andalucía de nuestra época. Y ésta sería la segunda característica de esta serie: Que es totalizadora. Los aspectos agrícolas, ganaderos, olivareros, etc., se suman a los aspectos de vida urbana, fabril. Y, por supuesto, los recursos turísticos ya en uso o, lo que seguramente será más interesante para algunas regiones, por descubrir: Nuevas rutas para nuevos visitantes. La actividad económica, en resumen o síntesis rápida, pero omnicomprensiva. La historia y el arte están presentes en la serie de manea continua.

En definitiva, Andalucía es de cine muestra Andalucía como un gran escenario vivo, en el que el pasado y el presente son fuente de riqueza y porvenir. Invita a la inversión, a la curiosidad, a mirar, a conocer, a sentir. Abre nuevos territorios a nuestros ojos. Andalucía es de cine es como una gran enciclopedia visual -y esto sería su tercera característica- es la que, a la manera de las grandes enciclopedias -pero ésta hecha con imágenes y palabras-, se tiene un acceso fácil a sus entradas. Una obra que abarque el país andaluz no es cosa sencilla. Pero creemos haber logrado una obra que sintetiza Andalucía en un momento en que la información y el conocimiento están presentes en todos los aspectos de nuestra contemporaneidad.

Manuel Gutiérrez Aragón es director de cine y ha dirigido la serie Andalucía es de Cine, que ha comenzado a emitir esta semana Canal Sur.

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