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Aulas

Los vecinos de El Rompido exigen la construcción de una escuela

Las instalaciones del pueblo presentan graves carencias

El espacio en el colegio público Virgen del Carmen de El Rompido, un pueblo marinero de unos 700 habitantes perteneciente al municipio de Cartaya (Huelva), es cada vez más reducido desde que la localidad empezó a experimentar a partir de 1991 un incremento notable en la población. Ahora, frente a los años de escasez de alumnos, las aulas de infantil rebosan. El centro acoge este año a 60 escolares de entre tres y 10 años. La directora, Natividad Fernández, afirma que las previsiones para el próximo curso apuntan a que el número de alumnos seguirá en ascenso. El problema reside en dónde ubicar a tanto crio, porque "el colegio se ha quedado pequeño".

"Si esto continúa así, para el próximo septiembre nos veremos abocados a no admitir más alumnos, lo que en absoluto es deseable", señala Natividad Fernández. El edificio cuenta con sólo cuatro aulas, repartidas en dos módulos de escasas dimensiones. De ellas, dos son para infantil y de las otras dos, una se utiliza simultáneamente como sala de informática y como clase, y la otra está reservada para almacén de los trastos de la asignatura de Educación Física.

El espacio que ocupaba la sala de secretaría y de profesores se ha convertido en otro aula, a fin de incorporar a los nuevos alumnos. El aula de profesores ha quedado reducida a un habitáculo. "Tenemos que hacer juegos malabares para ubicarnos en ella. Si alguien trae más de una carpeta, nos encontramos en la lamentable disyuntiva de que o entra el profesor o entran los apuntes", afirma la directora.

Esa necesidad de espacio ha llevado tanto a los profesores como a los padres de los alumnos a echarse a la calle para reivindicar la construcción de un nuevo centro. El colegio carece de biblioteca, de sala de usos múltiples, de gimnasio, de comedor escolar, de pistas deportivas, entre otros requisitos contemplados en la LOGSE. "La falta de espacio impide también que el centro pueda acogerse a programas que ofrece la Junta, como la ampliación de horarios o la informatización de los centros", apunta la directora. "Este año el colegio ha recibido varios ordenadores para desarrollar el programa de la Junta de Andalucía red@ula. Pero la sala de informática está compartida con el aula donde imparten clases los cursos primero y segundo. Esa clase de informática sólo puede darse en hora extraescolares. Su uso es, pues, limitado", señala Natividad Fernández.

La directora subraya que los niños carecen hasta de comedor escolar. "El comedor se ha habilitado por falta de espacio en un bar contiguo al centro. Es tristísimo. En el bar se fuma, se habla alto y hay una serie de situaciones que no son las más apropiadas para los niños", indica. La reclamación de un nuevo centro escolar se mantiene desde hace más de nueve años. En enero de 2003, la AMPA y los profesores retomaron las protestas, con pancartas y recogidas de firmas en las puertas del colegio, movilizaciones que se sucedieron durante un mes y medio.

Más de 10 años de espera

El pasado 24 de marzo, los padres y docentes del colegio lograron reunirse con los representantes de las administraciones implicadas: con el delegado provincial de Educación de la Junta en Huelva, Fernando Espinosa, y con el alcalde de Cartaya, el socialista Juan Antonio Millán. Ambos admitieron como justa su demanda, según explica Rocío Arroyo, presidenta de la AMPA. "Pero no nos concretaron cuáles son los plazos para acometer el proyecto, qué planos dispone el centro para ver la evolución, cómo íbamos a informarnos los padres, entre otras cuestiones", matizó Luis Otero, uno de los padres afectados.

Por su parte, el alcalde, Juan Antonio Millán, asegura que la posición municipal "es firme e inequívoca". "Apoyamos la construcción del nuevo centro. Entendemos que El Rompido necesita un nuevo colegio que sustituya al actual, que se ha quedado viejo y obsoleto, para impartir una enseñanza de calidad".

Los padres, no obstante, recelan de este compromiso. "Desde la perspectiva de Sevilla, donde se toman las decisiones, El Rompido es un problema mínimo", señala Luis Otero. "Nuestra duda es qué va a ocurrir cuando transcurra este periodo electoral".

El alcalde insiste en que ha entregado por escrito los documentos que recogen la cesión de terrenos a la Consejería de Educación, para la construcción del nuevo colegio. "No entiendo por qué lo ponen en duda, cuando en 2001 se dió por escrito y con el apoyo unánime de la comisión de Gobierno", afirma Millán.

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