'Días contados' y 'La gran familia'

El arranque cinematográfico de Imanol Uribe como realizador de largometrajes está indisolublemente unido al País Vasco, la tierra de sus padres. Sus tres primeros filmes no dejaban lugar a dudas sobre sus preferencias: El proceso de Burgos (1979), La fuga de Segovia (1981) y La muerte de Mikel (1984). Años más tarde, en 1994, afincado ya en Madrid, rueda una libre adaptación de una novela de Juan Madrid, Días contados, el filme que podrá adquirir por 5,95 euros quien compre EL PAÍS del próximo sábado.

Con un excelente y funcional reparto -Carmelo Gómez, Ruth Gabriel, Candela Peña, Karra Elejalde, Pepón Nieto y Javier Bardem, entre otros- la película narra una intensa, marginal y desgarradora historia de amor entre un militante de ETA que viene a Madrid para cometer un atentado y una drogadicta cuyo principal objetivo en la vida es el placer. Dos seres opuestos que comparten una situación de marginados de la sociedad, que viven al límite, que tienen sus "días contados".

El filme tuvo un gran éxito de público y de crítica, Uribe obtuvo la Concha de Oro del festival de San Sebastián, Javier Bardem recibió el galardón a la mejor interpretación masculina en el mismo certamen, y meses después, la película recibiría ocho Premios Goya otorgados por la Academia del Cine Español.

El segundo largometraje en DVD que ofrece EL PAÍS el próximo fin de semana, que podrá adquirir por 1,95 euros quien compre el diario del domingo, es una de las comedias amables de lo que se vino en llamar el desarrollismo. La gran familia, realizada en 1962 por Fernando Palacios y producida por Pedro Masó, muestra las tribulaciones de una familia de clase media española con una muy especial particularidad: tienen 15 hijos. Naturalmente, los hay de todas las edades y, por lo tanto, con todos los problemas imaginables: desde las relaciones escolares al primer amor o, incluso, al primer trabajo, pues el espectro generacional de la familia era muy amplio. A ello había que añadir un abuelo, interpretado por el genial Pepe Isbert, y un padrino, un espléndido López Vázquez, que se unen a la tribu que encabeza un eficiente aparejador: Alberto Closas. Amparo Soler Leal, Pedro Mari Sánchez, María José Alfonso y Paula Martel, entre otros, completaban el reparto.

La película se convirtió en un enorme éxito de taquilla, hasta el punto de que se realizaron dos secuelas: La familia y uno más y La familia, bien, gracias. No se debe olvidar que Fernando Palacios ya había dirigido películas como El día de los enamorados, Siempre es domingo o Tres de la Cruz Roja, comedias todas ellas de gran aceptación popular y desde luego con una habilidad narrativa y un oficio en absoluto despreciables.

Fernando Palacios era sobrino de Florián Rey, uno de los realizadores que más trabajaron en el cine español entre los años veinte y los cincuenta, desde el cine mudo a la posguerra. Con él comenzó su carrera profesional, en calidad deayudante de dirección, aprendizaje que alargaría con Ladislao Vadja, hasta que Pedro Masó le ofreció dirigir la ya citada El día de los enamorados.