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LA DEFENSORA DEL LECTOR
Columna
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¿Hazañas bélicas?

Prácticamente, todos los grandes rotativos, con mayor o menor despliegue, han incorporado páginas de infografía a la información de la invasión de Irak. Los dibujos y mapas que despegaron con una fuerza irresistible en la primera guerra del Golfo (habría que decir "segunda guerra del Golfo", recuerda un lector, Jesús María López de Uribe, ya que la primera fue la de Irak-Irán) son ya inseparables de la información de nuestros días. EL PAÍS no es una excepción. Y entre las dos grandes tendencias que dominan la actual infografía de prensa, es evidente que se apunta a la primera, la más informativa y pegada a la realidad, con una realización sencilla y clara. La segunda corresponde a una corriente más ilustrativa, menos informativa y más artística.

Pero nuestras páginas de infografía parecen disgustar a algunos lectores, que ven en ellas una especie de "guerra de las galaxias" o las más nacionales y realistas "hazañas bélicas", más cerca del cómic y juegos de ordenador, atractivos y fuera de la realidad, que de los horrores de la guerra real. Uno de estos lectores, Rafael Ayuso, de Barcelona, confiesa haberse visto "ingratamente sorprendido" por el tratamiento que EL PAÍS da a los gráficos bélicos. Asegura que puede llegar a entender que una función de éstos sea "aportar de una forma presuntamente didáctica información de fondo sobre la marcha de la guerra y los equipos que se utilizan para materializar la invasión. Si éste fuera el objetivo, ¿por qué únicamente se describen con gran profusión de detalle las armas y soldados angloamericanos y no hay apenas referencia sobre el material utilizado por los iraquíes?". Por otra parte, dice este lector, "me preocupa el hecho de que aporten detalles técnicos que, para la mayoría de los lectores no aficionados a las armas y la historia militar, o carecen de interés o no son interpretables en la medida que contribuyen a un mejor entendimiento de la noticia -número de serie de una aeronave, diámetros de cañones, grosores de blindajes, etcétera- (sic). La guerra no es un juego de mesa o de rol, que es lo que se sugiere con esas páginas".

Otro lector de Sevilla, Rafael Durbán, después de reconocer la magnífica factura de los gráficos usados "para ilustrar lo que podrían llamarse hazañas bélicas", hace la siguiente objeción: "El material bélico ofrece siempre una imagen atractiva. Despierta la admiración, y por lo que sabemos del abundante uso que hacen del tema las fábricas de juguetes, estimula la fantasía de los niños, y añadiré que también la de los hombres. De modo inevitable, presentan la guerra bajo su luz más atrayente. Viéndolos no se piensa en cuerpos con las tripas al aire, miembros dispersos, gritos de socorro". Durbán añade que EL PAÍS, no sólo debe ser inequívoco en su información y línea editorial, también ha de serlo en su tratamiento gráfico. "Unos dibujos tan bien conseguidos tiran del ojo, y más de un lector se dará por satisfecho con ellos, prescindiendo de más lectura. En este caso, el único mensaje que recibe estará vacío de cualquier referencia a la brutalidad en la que los países agresores se han enfangado".

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Material informativo

El redactor jefe de Infografía, Tomás Ondarra, lamenta que su trabajo pueda ser descrito como gráficos para ilustrar hazañas bélicas. "No es nuestro objetivo", dice, "crear una ficción con personajes que no existen y materiales destructores que desencadenan aventuras, cuando no claramente una escenografía violenta. Por desgracia, esta guerra es real y tratamos de elaborar las infografías con el mejor material informativo posible. Y, desde luego, no contemplamos, en la elaboración periodística del gráfico, que el material bélico (avión, buque o soldado) sea objeto de una admiración que "estimule la fantasía de los niños y también la de los hombres". Cuando se produce un suceso de esta magnitud no es trivial ni superfluo reparar en los detalles de los aparatos que intervienen en la agresión (o defensa). No podemos detenernos en si causan fascinación o repulsión. Tratamos de explicar con el mayor número de detalles aspectos que resultan informativos. Así, publicamos la infografía sobre la escama que pudo desprenderse de la nave Columbia el pasado mes de febrero o los extraños instrumentos que utilizaron los marineros de Galicia para recoger el chapapote el pasado diciembre".

En cuanto a la desproporción, según el lector, mostrada en estas páginas entre la descripción de las fuerzas militares de EE UU y Reino Unido e Irak, Ondarra asegura que la desproporción es real. "No son ejércitos comparables. Hay infografías con el mayor detalle posible de las fuerzas iraquíes (19-3- 2003, página 7; suplemento extra del 20-3-2003, página 13; gráfico sobre la Guardia Republicana y sus fuerzas el 26-3- 2003, página 9)". El responsable de Infografía añade una reflexión: "Nunca ha sido de nuestro interés fomentar la violencia. Si así lo ha parecido, es lamentable. Pero esconder una parte de los objetos que se usan en una guerra supone ocultar a los lectores aspectos relevantes de máquinas que destruyen, matan y causan sufrimiento. La infografía trata de fusionar la información y el grafismo, trata de mostrar visualmente, y el fin es que el lector tenga una mejor y completa información sobre el tema del que estamos informando. En este caso es una guerra. Los militares cuentan las guerras con mapas; nosotros, también. La mejor manera de mostrar el avance de tropas, los bombardeos, los combates es, sin ninguna duda, un buen mapa con la mejor información que podamos tener de nuestros corresponsales".

Fotos polémicas

A medida que la guerra se prolonga y las terribles imágenes de civiles heridos, masacrados y muertos van en aumento, la decisión, tan vieja como el periodismo, de cuáles deben publicarse y cuáles no también se hace más difícil, ya que la línea que separa la información del espectáculo es, a veces, pura sutileza y siempre discutible.

El domingo pasado, esta Defensora se extendía ampliamente en este debate, y reflejaba las quejas de algunos lectores que, al verse privados de una impactante fotografía, la de una niña iraquí con las piernas arrancadas, que EL PAÍS optó en su día por no publicar, consideraban que el periódico les hurtaba "la verdadera dimensión de la guerra". El director adjunto, José María Izquierdo, explicaba el porqué de dicha opción y la práctica establecida de no seleccionar las fotos más morbosas o desagradables por respeto a las víctimas y a los lectores. Y señalaba las muchas imágenes que el periódico había dejado de publicar porque añadían una agresión a unas y otros, "así como a la sensibilidad de innumerables lectores, que en otras ocasiones nos han hecho llegar de forma muy clara su disconformidad con la publicación de imágenes que han considerado excesivamente duras".

Pues bien, no ha habido que esperar mucho. Esta semana otros lectores han protestado precisamente por la publicación, el pasado día 1, de una foto de las consideradas duras en portada. La del niño iraquí Alí Smain, en la camilla de un hospital, sin brazos y profundamente quemado, por creerla tan extremadamente cruda como inaceptable. Es el caso de Blanca Álvarez, de León, quien anuncia su baja como suscriptora del periódico "ante la crueldad de la fotografía y la desmedida expectación que con esta desgracia están provocando". Y de otro lector, Antonio Ramos, a quien ha parecido "indignante, desagradable e innecesaria". Ramos añade que ya sabe lo que en Irak está sucediendo, "los que leemos su diario ya estamos en contra de la guerra y entendemos lo que provoca; por tanto, agradeceríamos que no nos indigestasen el café de la mañana más de lo que nuestro Gobierno ya nos hace".

Esta Defensora lamenta que algunos lectores se hayan molestado, incluso indignado, pero considera que el testimonio en cuestión no sólo ampliaba -como establece nuestro Libro de estilo-, sino que ilustraba la crónica de nuestro enviado especial Francisco Peregil, que contaba la terrible matanza de toda la familia del pequeño, nada menos que 12 miembros, muertos por una bomba. No era una foto gratuita. Ni, pese a su crudeza, era morbosa o vejatoria. Pero, en última instancia, la labor de un periodista consiste en elegir de continuo y en breves segundos. A riesgo de equivocarse.

Asumiendo este riesgo, esta Defensora opina que son estas imágenes las que nos acercan de un modo más vívido al horror de lo que está pasando en Irak. ¿Quién no ha dudado, por ejemplo, al ver la foto de un "prisionero de guerra" iraquí encapuchado en mitad del desierto como un penitente de Semana Santa, con su pequeño hijo entre los brazos (que este periódico comentaba el pasado día 2) de que no sean civiles los prisioneros así tratados? Porque, ¿qué soldado se va a pegar tiros con su hijo pequeño al lado?

Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es) o telefonearle al número 91 337 78 36.

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