Al Fayed ya no quiere ser inglés
El millonario egipcio pierde su estatuto fiscal y se traslada a Suiza
A Mohamed al Fayed no le ha servido de nada ser millonario, poseer los míticos almacenes Harrod's en Londres, emplear a miles de británicos o llevar 35 años en este país. El egipcio ha perdido su batalla con la Hacienda británica y su estatuto fiscal, así que ha anunciado que deja el Reino Unido y se va a vivir a Suiza. Es el fin de una larga historia de desamor con los británicos.
Las peleas por la propiedad de Harrod's acabaron perjudicando las aspiraciones del millonario de conseguir el pasaporte británico
No sería del todo exacto decir que Mohamed al Fayed, el millonario egipcio propietario de los míticos almacenes Harrod's de Londres, entre otras muchas cosas, es un pobre desgraciado. Pero seguramente mucha gente estaría de acuerdo en admitir que quizá sí sea un rico desgraciado. El cariño verdadero ni se compra ni se vende, dirán éstos. Y los pasaportes británicos, tampoco; o al menos no siempre. Tras perder el año pasado su batalla con la Hacienda británica y su estatuto fiscal privilegiado, Al Fayed acaba de anunciar que deja el Reino Unido y se va a Suiza. El millonario egipcio pierde así una de las grandes batallas de su vida: conseguir la ciudadanía británica.
Muchos se alegrarán por lo que tiene de justicia tributaria el retirarle a un millonario el estatuto que desde hace años le permitía saldar sus obligaciones fiscales por 240.000 libras anuales (unos 350.000 euros, al volátil cambio actual). Otros pensarán con tristeza que no es más que una expresión del elitismo inglés y su rechazo a un nuevo rico egipcio, aunque lleve 35 años en el país y emplee a miles de británicos.
Algo hay de ambas cosas en la historia de este hombre hecho a sí mismo que se ha enfrentado al sistema con su dinero por bandera. Al Fayed se queja de que Hacienda le retiró su estatuto fiscal de manera súbita y discriminada, mientras otros muchos extranjeros siguen siendo considerados residentes no domiciliados en el Reino Unido. Un portavoz de Hacienda no quiso comentar los motivos que llevaron al Gobierno a tomar esa decisión y aseguró que no hay estadísticas sobre cuántas personas gozan de ese estatuto fiscal.
Mohamed al Fayed, nacido en Alejandría en 1933 en una familia modesta -su padre era maestro de escuela-, empezó a ganarse la vida vendiendo coca-colas y máquinas de coser. Empezó a cimentar su fortuna en 1966, cuando se convirtió en asesor del sultán de Brunei. En 1970 se trasladó al Reino Unido, y nueve años después empezó a dar muestras de su gusto por los negocios emblemáticos y su necesidad de reconocimiento social cuando compró el hotel Ritz de París.
Pero fue su agresiva irrupción en los almacenes Harrod's en 1985, que adquirió por 615 millones de libras de aquella época, lo que le situó para siempre en el ojo del huracán público. La llegada de un egipcio a lo que, tiempo atrás, había sido un símbolo de Inglaterra fue recibida con más desprecio que admiración y perjudicó más que benefició el objetivo que se escondía detrás de la compra: conseguir la nacionalidad británica y ser aceptado por la estirada alta sociedad del país. No consiguió ni lo uno ni lo otro.
Su desembarco en Harrod's por la fuerza le enemistó con quien había sido su socio en los viejos tiempos, Tiny Rowland. Aquellas peleas acabaron perjudicando las aspiraciones de Mohamed al Fayed de conseguir el pasaporte británico cuando una investigación del Ministerio de Industria determinó en 1990 que el millonario egipcio había mentido acerca de su pasado y su fortuna.
Sus querellas públicas subieron de grado poco después, cuando reveló que había sobornado a un cargo medio de la Administración conservadora y diputado tory, Neil Hamilton. Hamilton perdió en 1996 la denuncia por libelo presentada contra el diario The Guardian por haber publicado las acusaciones del financiero. Un año después, la trágica muerte en accidente de su hijo Dodi y la princesa Diana de Gales le enfrentó definitivamente con lo que él llamaba "el establishment". Al Fayed siempre creyó que el accidente del puente Alma fue en realidad un crimen organizado para evitar que Diana, madre del príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión de la corona británica, pudiera casarse con un musulmán y traer al mundo al nieto de Mohamed al Fayed que llevaba en sus entrañas.
En 1999, el Gobierno laborista decidió negarle a Al Fayed la nacionalidad británica. Ahora, en vísperas de convertirse en fiscalmente británico, Mohamed al Fayed ha decidido fijar su residencia oficial en Ginebra y acogerse a la laxa fiscalidad suiza.
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