El doble resuelve con solvencia

La resolución de los cuartos de final de la Copa Davis ante Croacia llegó de una forma mucho más fácil de lo anunciado. Àlex Corretja y Albert Costa ganaron a Ivan Ljubicic y Lovro Zopko por 6-2, 6-3, 6-4 en 1 hora y 58 minutos y clasificaron definitivamente a España para las semifinales. "Ha sido fácil" reconoció Corretja tras el partido. "Pero no les hemos dejado reaccionar. Y eso no era sencillo". España se enfrentará el próximo mes de septiembre a Argentina, que ayer eliminó a Rusia por 3-0, probablemente en Barcelona y en tierra batida, aspectos aún no determinados. Ésta es la cuarta semifinal española en el Grupo Mundial. Australia, que eliminó ya a Suecia, 3-0, jugará la otra contra Suiza, que manda 2-1, o Francia.

El 3-0 llegó sin las euforias habituales en la pista. Apenas hubo celebraciones, más allá de los abrazos y el aplauso prolongado del público que llenó el CT Valencia, 8.100 espectadores. ¿Qué ocurrió? "Que cuando nos dimos cuenta, Moyà y Ferrero ya se habían largado a los vestuarios, porque les estaban agobiando mucho en el palco de jugadores pidiéndoles autógrafos". Fue la explicación que dio un Corretja que parece haber perdido parte del ascendente que siempre tuvo como líder incuestionable de este equipo. Ayer no sonó la clásica I will survive, de Gloria Gaynor, aunque había motivos sobrados para que lo hiciera. Y el equipo no saltó ni bailó por el centro de la pista saludando al público en todos los rincones.

Sin embargo, el triunfo sobre Croacia fue importante no sólo porque asegura la continuidad de la operación Reconquista, anunciada por el presidente de la Federación Española de Tenis, Agustí Pujol, al comienzo del año, sino porque se consiguió con una solvencia absoluta. "Para mí", repitió ayer Jordi Arrese, capitán en esta eliminatoria y miembro del G-3 junto a Josep Perlas y Juan Avendaño, "tenemos al mejor equipo español de la historia". Y probablemente no anda errado. Aunque en otras épocas se contó con Manuel Santana, Joan Gisbert, Manuel Orantes, Andres Gimeno y Lis Arilla, nunca hubo una coincidencia de jugadores con un ránking tan elevado -ni en las clasificaciones oficiosas- como el que ahora tienen Juan Carlos Ferrero (3º), Carlos Moyà (4º), Albert Costa (7º) y Àlex Corretja (18º).

Ilusión

Ése es un valor a tener en cuenta. Pero lo es más aún la ilusión que todos demuestran por ganar de nuevo -en el caso de Moyà, por primera vez- la Ensaladera. Forman un equipo y están dispuestos a implicarse a fondo para lograr el objetivo final. "Para mí, la Copa Davis se ha convertido en lo más importante", indicó. Y lo demostró en la pista, jugando ante Ljubicic un partido inmaculado. Tanto él como Ferrero, que esta vez jugaba en casa, parecen estar muy afianzados en los individuales. "No hay ningún jugador fijo", explotó ayer Arrese, para contrarrestar esta evidencia. "Los cuatro pueden jugar los individuales y podemos combinarlos según las necesidades de cada eliminatoria".

Sin embargo, parece claro que el mayor sacrificio, ahora mismo, lo están realizando Corretja y Costa. Se han propuesto formar un buen doble y lo están consiguiendo. Pero eso les obliga a disputar esta prueba en los torneos del circuito. Lo han hecho en Rotterdam, Indian Wells y Cayo Vizcaíno, y la mejora ha sido evidente. Juegan mucho más compenetrados y dominan mejor el tempo del partido. Pero el aspecto más positivo del doble ayer fue comprobar cómo ha crecido la autoestima del leridano. Ganar en Roland Garros el año pasado le transformó, porque le convenció de que poseía unas capacidades aún por descubrir. Y a medida que van aflorando, se siente más capaz de todo.

"Tengo más confianza en mí mismo y me siento más seguro en la volea", reflexionó Costa. En la pista, eso se tradujo en una seguridad que no había demostrado hasta ahora en el doble. El liderazgo de Corretja ya no es ahora tan necesario, porque el leridano se ha afianzado y, con su juego, puede incluso marcar el ritmo de la pareja. "Somos amigos y eso nos ayuda", agrega el barcelonés. Ayer, jugaron y ganaron sin fisuras. Pero se encontraron enfrente a un doble cojo por la pobre aportación de Zovko, que sólo mantuvo su saque tres veces de las siete que lo disputó. Hoy (11,45, La 2) vuelven los últimos individuales: Ferrero-Ljubicic y Moyà-Ancic.