"El juego directo es una alternativa, pero no un sistema"
El técnico paraguayo Gustavo Benítez, de 49 años, declaró nada más firmar por el Rayo que, si no le salvaba del descenso a la Segunda División, se retiraría del fútbol. Ocho semanas más tarde, el equipo madrileño continúa siendo el penúltimo. Nada ha mejorado en Vallecas. Ni los resultados ni el estilo del equipo, cada vez más desconcertante. Pero el antiguo entrenador del Colo Colo, chileno, y del Racing de Santander mantiene su apuesta y se obstina en que la afición franjirroja se acostumbre al buen fútbol, una misión complicada en unos jugadores habituados a sortear el centro del campo como si estuviera minado y que hoy deben vérselas con el líder.
Pregunta. El Madrid lleva doce goles en los últimos cuatro partidos. El Rayo, dos. No parece una buena ocasión la de esta noche para comenzar la remontada.
Respuesta. Es cierto que hay una gran diferencia entre las dos plantillas. Y también en los presupuestos. Pero el fútbol no tiene lógica. Suceden cosas increíbles. No podemos perder la ilusión.
P. ¿Les acompleja el Bernabéu?
R. Para nada. Tenemos mucho que ganar y poco que perder.
P. Pero la situación del Rayo es muy complicada y ganar al Madrid en su terreno...
R. Ganar es un supuesto y a mí no me gusta hablar de supuestos. Sólo aseguro que vamos a pelear mucho.
P. ¿Cómo se puede vencer al conjunto de Vicente del Bosque?
R. La clave está en equilibrar de algún modo su calidad. Y eso sólo lo podemos lograr con lucha y concentración. Vamos a correr más que ellos. A pesar de todo, es obvio que el Madrid puede imponerse con la ley del mínimo esfuerzo.
P. El Rayo ofrece una sensación de desconcierto en cada encuentro. ¿Tiene realmente un estilo?
R. No podemos ser un equipo que se preocupe solamente de defenderse. Quiero que el Rayo sea protagonista en cada cita. Así que les digo a los jugadores que sean más audaces, que elaboren más. El juego directo es una alternativa, pero no un sistema. Yo siempre quiero jugar bien al fútbol.
P. Pero el Rayo está habituados a jugar a base de balones largos, no toca la pelota en la media.
R. Es difícil sacar a los jugadores de una costumbre tan arraigada. Pero tiene que ser así. Hay que jugar bien al fútbol. A estas alturas, muy pocos rivales cometen errores y el único modo de forzarlos es jugando bien.
P. ¿En qué otra faceta ha trabajado desde su llegada?
R. También he trabajado mucho la solidez defensiva. Necesitamos tener nuestra portería a cero y que haya buena comunicación entre las líneas. Éste es un equipo que crea muy pocas ocasiones de gol y tenemos que aprovecharlas como sea. Si a esto añadimos la solidez defensiva, podremos pensar en ganar los partidos.
P. Sin embargo, el Rayo es una de las formaciones menos goleadoras.
R. Los goles son cuestión de rachas y nuestros delanteros atraviesan una mala. Pero sé que tienen gol porque lo han demostrado.
P. Lleva afrontados ocho encuentros con el Rayo y ha sumado ocho puntos. Un balance pobre. ¿Se reprocha algo?
R. No, porque hago lo que buenamente puedo. Presumo de honradez y sé que mi trabajo busca obtener el mejor rendimiento y que el Rayo sea un equipo fuerte.
P. Entonces, ¿qué es lo que está fallando?
R. Fallan los nervios. La situación genera tensión en los jugadores, por lo que su rendimiento se encuentra a la mitad de sus posibilidades. En cuanto se suelten, el Rayo será mucho mejor.
P. ¿Cómo es su relación con ellos?
R. Son relaciones entre profesionales. No somos amigos, evidentemente. Intento ser humano en el trato porque me gusta que me traten así. No soy déspota ni dictador, pero sí muy exigente.
P. Supongo que la clasificación genera crisis de confianza en los jugadores. Usted ha dicho que el trato anímico no es precisamente su punto fuerte.
R. No, lo que dije es que no soy un entrenador vehemente, de los que gritan y todo eso. Por ello, puede que uno de mis problemas sea el de la comunicación. Ahora bien, hay muchas formas de motivar y yo recurro a la que está relacionada con el sistema de trabajo.
P. ¿Le gusta su plantel?
R. Me guste o no, es el que tengo y confío ciegamente en él.
P. Nada más llegar al Rayo, en sustitución de Fernando Vázquez, afirmó que, si no lo salvaba, se retiraría del fútbol. ¿Sigue pensando lo mismo?
R. Sí, sí..., por supuesto. Es un voto de confianza que di a la plantilla. El calendario es complicado, pero, si llegamos a los últimos seis partidos con opciones, conseguiremos la salvación.
P. La familia Ruiz-Mateos estuvo negociando con Julen Lopetegi, técnico de la Federación Española, antes de llamarle a usted. ¿Se sintió un segundo plato?
R. No. Tuve una larga entrevista con ellos y acepté su oferta. El fútbol de alto nivel funciona así.
P. Ahora están de moda los presidentes-dueños-entrenadores. ¿Interviene la presidenta, Teresa Rivero, en sus decisiones?
R. Afortunadamente, no.
P. ¿Se lleva bien con los Ruiz- Mateos?
R. Muy bien. Es una familia muy educada y muy cristiana.
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