Un viaje psicodélico
Como propone con precisión su título, La cara oculta de la luna es una novela sobre la parte escondida de una personalidad. Un tema que abunda en la literatura fantástica, pero al que Martin Suter (Zúrich, 1948) ha dotado de un registro convenientemente realista. Con un estilo neutro, cuenta el cambio de personalidad de Urs Blank, un exitoso asesor jurídico que, a partir de una ingesta de hongos, entra en una dimensión donde la única realidad que existe es él mismo. Los efectos producidos por la experiencia psicodélica quiebran su moral y eclipsan su conciencia, y de esa anulación surge un hombre violento y solitario, que acabará recluido en un bosque. Allí sobrevivirá, como un robinsón moderno, a base de hierbas y con la captura de peces y conejos.
LA CARA OCULTA DE LA LUNA
Martin Suter
Traducción de Helga Pawlowsky
Ediciones del Bronce. Barcelona, 2002
342 páginas. 17 euros
Urs Blank es el típico negociante calculador y sagaz, con una brillante proyección social, especializado en fusiones de empresa. Con la ingesta, rehúye sus responsabilidades y pierde el control sobre sus actos. Mata al gato de su amante, provoca deliberadamente un accidente mortal en la carretera y golpea y atropella después a un drogadicto. Aquí el argumento es todo, de modo que su resolución está implícita en la trama, señalada por indicios muy evidentes. La vida de empresa y la vida semisalvaje, con el puente de unión de una sustancia alucinógena, parece proponer la alarma de lo natural frente a la razón empresarial, confrontación que a la larga resulta singularmente maniquea.
No obstante, si se prescinde de ese abuso de contrastes, La cara oculta de la luna deparará el conocido gusto de la intriga, con ingredientes de novela negra o de investigación adecuadamente dosificados, y con la tensión proporcional que requiere la historia para mantener fija la atención de lector.
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