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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Estrella fugaz o iceberg?

El 16 de marzo de 1955, Nicolas de Staël se suicida saltando al vacío desde la terraza de su taller en Antibes. Los problemas familiares, la mala acogida que sus últimas pinturas encuentran ante el coleccionista Douglas Cooper o la evidencia de que De Staël "si muy pronto estuvo convencido de la imposibilidad radical de una abstracción, también muy pronto comprendió que la figuración había pasado a ser problemática" han querido reducir el drama de De Staël a una única explicación.

El Centro Pompidou propone de revisitar gran parte de la obra -135 pinturas, 80 dibujos, varios libros ilustrados, grabados, fotos, etcétera- de una estrella fugaz del panorama pictórico, una fugacidad que tiene mucho que ver con el cambio a Nueva York de la capitalidad cultural del mundo y de hacerlo, por fin, en nombre de artistas propios, como Pollock, Rothko, De Kooning o Kline, es decir, que viven y crean en Estados Unidos. De Staël es París, la "vieja Europa" y, además, comete un pecado de lesa figuración.

NICOLAS DE STÄEL

Centro Georges Pompidou

Les Halles. París

Hasta el 30 de junio

Nicolas de Staël, ruso exilado antes de cumplir los seis años -su padre era el general que tenía el mando de una fortaleza de San Petersburgo en 1917-, huérfano de padre y madre a los ocho, educado en Bélgica, enamorado de España y Marruecos, oscila entre la abstracción (1948-1951) y el retorno al tema, a la figura (1951-1955). Puede que nadie como el compositor Pierre Boulez haya descrito mejor la angustia creativa de De Staël, con quien recuerda haber conversado tras un concierto de Webern: "No es casual que sus últimas telas estén consagradas a la música y a los instrumentos. En Webern veía una vía para resolver la antinomia entre el motivo y la organización estructural. Había descubierto la trampa decorativista de la abstracción". La parte oculta del iceberg. El cuadro que De Staël dejó inacabado el 16 de marzo de 1955 se titula Le Concert y enfrenta, en cinemascope -seis metros de largo por tres y medio de alto- un piano y un violonchelo.

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