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Columna
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Periodismo

Un grupo de periodistas ha creado una Plataforma contra la Guerra. Uno de los objetivos de esta plataforma, que ha surgido en Sevilla, es denunciar la manipulación informativa. En general no soy partidario de estas plataformas. La razón no es otra sino la de que en un Estado de Derecho en el que, entre sus valores, se encuentra el derecho de los ciudadanos a contar con una información veraz que ayude a formar opinión, no deberían resultar necesarios instrumentos que ocupen un espacio que ya está ocupado constitucionalmente y con un gobierno que, antes de tomar posesión, promete acatar la Constitución. Sin embargo, en esta ocasión, es necesaria. Diré por qué me parece así.

Hay, en esta creación, en esta Plataforma, algo que la hace indispensable. Este algo consiste en que el Gobierno está empleando los medios de comunicación públicos en tratar de volcar la opinión mayoritaria española, que está en contra de la guerra, en favor de la opción guerrillera de Aznar. En estos medios no se dice que, en derecho internacional, ningún Estado puede unilateralmente matar a un pueblo para cargarse a un dictador. No dicen tampoco que toda la fuerza militar estadounidense -que no es poca- es más eficaz porque se ejerce sobre un pueblo embargado desde 1991, y hambriento. Tampoco se dice que se ejerce contra un ejército y un pueblo que han sido controlados militarmente con inspecciones y al que se ha desactivado su armamento. No se dice que se mata sin mirar, ni que las bombas de racimo llegan a la población, a los hospitales, a los mercados, como tampoco que los derechos humanos han muerto desde Guantánamo. En cambio, se dice que la guerra es a Sadam, cuando la guerra es contra este pueblo que muere a puñados y el tal Sadam sigue vivo.

En estas circunstancia es natural que la mayoría de los ciudadanos estemos en contra de quienes están matando sin distinción y de un Gobierno, sea del PP o de quien sea, en el que su humanidad se resume en apoyar a los que rematan a estos muertos. Es natural también que si se intenta convencer a quienes estamos convencidos de cómo se llama en derecho el matar a un pueblo, y se esconda la verdad, surja esta Plataforma. Lo raro sería que no surgiera, que se callara. Y, hoy aún no estamos muertos, ni ciegos, ni amordazados. Mañana, ya veremos.

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