Nos falta un ídolo
Hace unas semanas me levanté a las ocho de la mañana para ver el Gran Premio de Malaisia, en el que Fernando Alonso estuvo maravilloso. Habían pasado muchos años desde que no hacía algo así por una carrera. Antes veía la salida, me iba a tomar un vermú porque nunca pasaba nada y volvía cuando llegaban a la meta. Aquélla me pareció una prueba estupenda, apasionante, lo que no se veía desde hace tiempo en el automovilismo. Eso es precisamente lo que las motos nunca han perdido: la pasión.
Empieza una nueva temporada y creo que hay motivos para la ilusión. Primero, porque en la parrilla hay pilotos extraordinarios. Segundo, porque entre ellos destaca un puñado de españoles con serias posibilidades. No me atrevería a decir que en la MotoGP vaya a acabar el dominio de Rossi. Sin embargo, estoy convencido de que no va a ser un paseo para el italiano. Seguirá marcando la pauta, pero no lo tendrá tan fácil como en 2002, cuando hizo lo que quiso. Ahora tiene más rivales. Además, todas las máquinas llevan ya un motor de cuatro tiempos, lo que genera mayor igualdad. Y ahí está Barros, que va muy rápido, o Capirosi, con magníficos entrenamientos. Yo añadiría a Gibernau, que tiene moto y tiene equipo. O hace ahora algo grande o ya no lo hace. Por contra, Checa parece que no está demasiado a gusto. De todos modos, hay un hecho incuestionable: Rossi tiene la mejor moto y es el indiscutible favorito.
En los 250cc el protagonismo debería ser español. Fonsi ya luchó por el título el año pasado. Con él se pelearán Elías y Poggiali. Los tres tienen las mejores máquinas, las Aprilia. Sería desilusionante que no ganara un español, sobre todo teniendo en cuenta que Melandri ya no está. Creo que para Fonsi va a ser difícil. La razón es simple: en el pasado Mundial, él fue la sorpresa; y ahora no lo es. Tiene que soportar la carga de ser el favorito y ese listón no es fácil superarlo.
La mayor igualdad estará en los 125cc, en los que cualquiera que tenga una moto afinada puede colarse en la fiesta. Pedrosa está en condiciones de darnos una alegría, aunque habrá que ver en qué estado de forma están Alzamora, las Derbi y las KTM.
El problema que veo en estos campeonatos es que a la afición española le falta un ídolo. El curso precedente bajó la audiencia de televisión. Eso se soluciona si aparece alguien que enganche no sólo a los fieles, sino también a otro tipo de público. Confío mucho en que ese papel lo protagonice Gibernau. Rossi es mucho Rossi, cierto, pero tenemos todo el derecho del mundo a soñar.
Àlex Crivillé es el único español que fue campeón mundial (en 1999) de los 500cc.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.