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CÁMARA OCULTA | NOTICIAS Y RODAJES
Columna
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Documentación, por favor

Los asistentes a la ceremonia de los Oscar ovacionaron en pie a Michael Moore cuando éste subió al escenario a recoger el Oscar al mejor documental del año por Bowling for Columbine, con toda su inmensa humanidad trajeada. Meses atrás había sido igualmente ovacionado en el Festival de Cannes, donde tuvieron que ingeniarse un premio dado que la condición de documental de esta película la hacía rara avis en una competición festivalera. Algo similar había pasado antes en el de San Sebastián cuando José Luis Guerin compitió con En construcción: algunos críticos se preguntaron entonces si era correcto que un documental compitiera junto a películas de ficción (lo que curiosamente disgustaba al director, que no consideraba documental este -espléndido- trabajo suyo).

Con tales premios los festivales han suprimido las distancias teóricas entre documental y ficción. Algunos eruditos llegaron a inventarse el término "documental de creación" para serenar algunas susceptibilidades, pero sólo consiguieron crear nuevos líos semánticos.

A Michael Moore, por ejemplo, se le concedió el César a la mejor película extranjera sin distinguir entre ficción y documental. No la hay. Como prueba de ello, se acaba de editar en formato DVD el documental antológico de 1927 Berlín, sinfonía de una gran ciudad, que ya en su época trascendió cualquier etiqueta. Como igualmente sucede con Suite Habana, que veremos el próximo otoño, en el que Fernando Pérez investiga en la vida pública, y también secreta, de su ciudad, observando con ojo amoroso la realidad cotidiana de algunos personajes, anónimos y silenciosos. En Soldados de Salamina es inteligente la combinación de imágenes reales con imágenes recreadas... Son muchos los casos de documentales, tan películas de autor como otras de ficción.

Michael Moore es un militante del documental y así lo pregona. Ya ha anunciado que prepara uno nuevo que tratará sobre los lazos familiares que unen a Bush con Osama Bin Laden. Su título, Fahrenheit 911, "que es la temperatura en la que arde la libertad", promete ser una denuncia sobre la utilización que ha hecho Bush de las 3.000 victimas de aquel 9/11.

Este provocador y corrosivo todoterreno que es Moore (periodista, guionista, actor, productor, escritor, director de cine y televisión) es aún poco conocido en España. Sus libros, por ejemplo, permanecen inéditos, aun siendo tan irónicos y estremecedores como su oscarizada película; entre ellos destaca Stupid White Men and Other Sorry Excuses for the State of the Nation (titulado en la versión francesa Bienvenidos a los Estados Estúpidos de América), en el que, entre otras agudezas, hace un implacable retrato del presidente Bush, al que considera impostor, además de corrupto, iletrado y alcohólico. Sin pelos en la lengua, vaya. ¿No hay editor que se anime?

La industria cinematográfica de Hollywood ha advertido que no piensa realizar películas sobre la guerra contra Irak para evitar "controversias, dada la oposición de muchas figuras de la pantalla a esta intervención militar". Los documentalistas, pues, tienen ahora la palabra. Para el cine o la tele. (El próximo domingo día 6 por la noche (a las 20.00) la cadena de televisión Localia emitirá un clarificador documental sobre la manipulación informativa que sufrimos durante la anterior guerra del Golfo, cómo contar mentiras y ganar guerras, de más que obvia actualidad. "Si no mostrara estas imágenes, la gente creería que la guerra es sólo lo que ven en las películas", declara un fotógrafo que se resistió a la censura).

En España, el mundo de los documentalistas está animado. En Cuenca, a finales de este mes, está prevista una Semana del Documental, que tendrá luego continuación en Madrid al mes siguiente, como paso previo a la celebración de dicho ciclo en las restantes comunidades. Hay portales especiales en la Red, y proyectos por numerosos rincones; uno que promete, sobre Carmen Polo de Franco... Es la hora del documental.

(Al compañero Terenci le gustaba el cine de ficción, y especialmente el de las grandes estrellas... Se nos ha ido protestando contra la guerra... Paz, amigo.)

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