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El tribunal visiona las sesiones de hipnosis hechas a la joven que acusa a un cura de haberla violado

"Tengo miedo y no me gusta lo que me hace, pero él se ríe mucho", confiesa la mujer

El tribunal de la Audiencia de Madrid que juzga a un cura por violar y abusar de una niña durante 10 años celebró ayer una prueba inédita en una sala de vistas española. Los jueces visionaron dos vídeos que reproducen la sesión de hipnosis regresiva a la que fue sometida la joven. El objetivo de esa terapia era despertar el subconsciente de la joven para que, con sus propias palabras, dejase aflorar la angustia y vejaciones sexuales a las que supuestamente la sometió el sacerdote José Martín de la Peña desde que ella tenía cinco años y hasta que cumplió los 13.

En los dos vídeos proyectados ayer en la sala de vistas de la Audiencia, la víctima relata cómo cuando tenía cinco años el procesado le realizaba tocamientos y cómo se enfadaba y la insultaba si ella no hacía lo que él quería. Los peritos forenses y psiquiatras, que también visionaron el vídeo, se pronunciarán hoy sobre el valor de la prueba. Dirán hasta qué punto cabe o no tener en consideración estos relatos con vistas a la sentencia. "Evidentemente, los vídeos tienen un valor clínico, otra cosa es su valor judicial", avanzaron fuentes cercanas a los peritos.

El relato de la joven, que hoy tiene 27 años y que fue sometida a la sesión cuando tenía 23 años, 10 después de ocurridos los hechos, resulta estremecedor. A continuación se reproducen extractos del dialógo que mantuvieron la víctima, tumbada en una camilla, y los psiquiatras que dirigieron las sesiones. La hipnosis regresiva consiste en llegar al subconsciente de una persona sin que la conciencia acalle lo que allí se oculta desde la infancia.

-¿Qué edad tienes? -pre-gunta la psiquiatra a la menor tras someterla a un proceso de relajación profunda.

-Estoy en el comedor [de mi casa] y don José [se refiere al cura acusado] me llama. Me dice, ven Cuchi. Yo no quiero ir. Dice que me siente en sus rodillas y empieza a tocarme debajo de la falda. A mí no me gusta; me hace cosquillas y eso sí me gusta y me río. Me mete la mano en la braga y me toca, y a mí no me gusta...

-¿Qué edad tienes? ¿Qué más sucede ese día?

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-Cinco años. Él quiere que yo le toque a él por dentro del pantalón. Yo no quiero, se toca él. Lo paso muy mal... tengo miedo...

-¿A qué tienes miedo?

-A él, a lo que me hace. No sé si está bien lo que me hace, a mí no me gusta; él se ríe mucho.

Escenas de dolor y miedo

Los supuestos abusos sexuales se produjeron entre los años 1978 y 1988. El reo se fue a vivir en 1978 con la niña, su madre y la abuela, tras intervenir como juez eclesiástico en el proceso de nulidad del matrimonio de los padres de la menor.

-¿Te sucedió algo desagradable antes o después de los cinco años? -inquiere la psiquiatra.

-Don José me lleva a su habitación para darme clase [de matemáticas], pero no me da clase. Cierra la puerta. Dice a mamá que no nos moleste. Mamá le dice que bien. Él dice que me da clase de matemáticas, pero miente, no es verdad. Me tumba en la cama, mirando la cabeza para la cama y me toca por detrás (...) me hace mucho daño (...) yo no me quejo, pero me duele mucho. Él se ríe y se enfada; luego tengo la parte de atrás escocida, me pica mucho.

-¿Qué edad tienes? -inte-rrumpe la psiquiatra.

-Nueve años. Don José, cuando hace esto conmigo no suele estar mi mamá, y mi abuela está en la cocina. También me hace otras cosas que me dan mucho asco. (...) Me da miedo. ¡No, no, yo no cuento nada a nadie, no! Que me rompe los brazos y las piernas.

-¿Lloras?

-Cuando me hace eso por detrás se me saltan las lágrimas, pero él me dice que no llore, porque entonces mamá me preguntará qué me pasa. (...) A Alcalá de Henares me ha llevado muchas veces. Una vez lo pasé muy mal en la casa de al lado de la iglesia. Me desnudó y se fue acercando hacia mí. Estaba oscuro y yo estaba en la pared. Me daba miedo cuando se acercaba; yo me quedé quieta. Él se acercaba más y más, y yo cerraba las piernas; él se enfada mucho, mucho. Dice que no puede hacer nada conmigo... Me duele la cabeza, y me quedo fría. Me pone contra la pared. Me hace mucho daño. Me mareo, pero a él le da igual, se ríe, se lo pasa bien, y se ríe más cuando yo lo paso mal. Odio a don José, me gustaría que se matase. (...) Cuando tuvo el accidente [de tráfico] me reí. Mi mamá me dijo que no tenía sentimientos, porque don José se portaba muy bien conmigo...

Durante la sesión de hipnosis se observa, a juzgar por la palabras de la joven, que el cura hace que la niña se sienta culpable "por provocarle" con actos que para él eran "pecado".

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