La gran batalla para abrir el camino a Bagdad se recrudece en Kerbala
Sadam Husein mueve hacia el sur las divisiones de la Guardia Republicana, su fuerza de élite
"Ésta es la gran batalla", aseguraba la pasada madrugada un portavoz militar norteamericano en Qatar al referirse al recrudecimiento de los combates en la zona de Kerbala, ciudad santa shií clave en el avance hacia Bagdad. La misma fuente, preguntada sobre si los enfrentamientos marcaban el inicio de la ofensiva final hacia la capital iraquí, respondió: "Podría muy bien serlo". El mando militar norteamericano está convencido de que Sadam Husein ha lanzado hacia el sur a las divisiones de la Guardia Republicana, su fuerza de élite, para conjurar precisamente ese peligro.
Periodistas de la agencia Reuters que viajan con los invasores norteamericanos y británicos señalan que la pausa de varios días en el avance hacia Bagdad parece haber concluido y que la batalla de Kerbala, unos 90 kilómetros al sur de la capital, puede ser crucial.
El mando militar norteamericano parece convencido de que Sadam está desplegando las divisiones de la Guardia Republicana hacia el sur y el este de Bagdad para frenar la ofensiva. La prueba es el choque mantenido el lunes entre la 3ª División de Infantería norteamericana y la División Nabucodonosor iraquí en Hindiya, a unos 80 kilómetros de Bagdad. Esta división se hallaba en Tikrit, ciudad natal de Sadam, 160 kilómetros más al norte. Las mismas fuentes aseguran también que unidades de otras dos divisiones, la Hamurabi y la Al Nida, han sido desplazadas más al sur de Bagdad para ayudar a la División Medina, que ha sido hasta ahora la que más ha soportado el castigo de las fuerzas invasoras. La Hamurabi estaba situada al oeste de la capital mientras que la Al Nida se encontraba al norte. Fuentes estadounidenses aseguraron que en las últimas horas se ha bombardeado con intensidad a las unidades enemigas y que algunas de ellas tienen su capacidad de combate por debajo del 50%.
El Pentágono considera a la Guardia Republicana el centro de gravedad del régimen iraquí, capaz como ha señalado un oficial norteamericano a The Washington Post de "seguir luchando incluso cuando caiga Sadam". Durante la guerra del Golfo de 1991, ninguna de sus divisiones se rindió o abandonó el campo de batalla.
La Guardia tiene cinco divisiones -entre 60.000 y 100.000 soldados- y ahogó en sangre la rebelión de los shiíes de Basora en 1991. La División Medina, cuyas fuerzas se creen concentradas actualmente en Kerbala, contaba antes de empezar la guerra con unos 20.000 soldados y 270 carros blindados T-72. Es la mejor entrenada y equipada. Las Divisiones Hamurabi, Al Nida, Bagdad -concentrada cerca de la ciudad de Al Kut, al sureste de la capital- y Nabucodonosor cuentan cada una con unos 10.000 soldados. Todas disponen de artillería, carros blindados y vehículos acorazados, si bien parte de este material puede estar obsoleto o falto de repuestos.
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