Bases fuera
Cualificados dirigentes socialistas han manifestado estos días su oposición a cuestionar la permanencia de las bases militares de Morón y Rota. No así respecto de la utilización ilegal y abusiva que, a todas luces, están haciendo de ellas los norteamericanos para su repugnante invasión de Irak. El consentimiento del Gobierno de Aznar, tácito o explícito, pone la nota irritante. La argumentación de aquellos es básicamente la misma, aunque en los matices hay alguna diferencia apreciable. La posición oficial la fijó María del Mar Moreno, vicesecretaria general del PSOE-A, el día 22: "El problema de las bases no existe sino por su uso ilegal". "La defensa común europea requiere de servidumbres". "No fuimos otros años y nada justifica que vayamos ahora". Aquí más parece traslucirse el deseo de no ser arrastrados por la corriente de IU, lo que tácticamente podría tener cierta lógica, si no fuera porque en esta hora decisiva las tácticas de partido deberían ceder a las estrategias del interés general. Igual de contundente fue la posición expresada por Jesús Caldera, de visita relámpago en Sevilla el pasado día 28: "Sobra Aznar, no las bases".
Entre una y otro, el consejero de Gobernación, Alfonso Perales, puso el matiz, o tal vez fuera una conclusión a la desesperada, en la entrevista concedida a este periódico el domingo 23. Sin llegar a discrepar de la sintonía oficial, el gaditano admitió: "La desaparición de las bases, o de un tratado internacional... no es el momento de abordarlo. Ya tendremos tiempo de hacer otras consideraciones". Por lo menos dejó una ventana al futuro. Y fue sin duda por no asfixiarse, pues todas sus argumentaciones conducían a un callejón sin salida para Andalucía, al descrédito de su autonomía política y al más absoluto desamparo legal. Incluso reconoció que el presidente Chaves había evacuado consultas a especialistas, y éstos habían coincidido en que no había nada que hacer, aun tratándose de un "ilícito jurídico internacional". O sea, que Andalucía, poniendo los mayores riesgos en esta crisis, está atada de pies y manos, pues ni siquiera puede acudir a los tribunales. Qué bien. Desde luego cuesta creerlo, pero doctores tiene la ley.
En otro momento de la entrevista, Perales insinúa la que es la más pesada razón de este trágala: Marruecos. "Tenemos las bases militares y somos la puerta de llegada del Magreb". En términos más sumarios: las bases de Morón y Rota actúan, además, como reguladoras de nuestras difíciles relaciones con el vecino norteafricano, otorgándole a EE UU el papel de árbitro inexcusable. (Ya se vio en el incidente del islote Perejil). Es decir que, encima, hemos de estar reconocidos a nuestro amigo, pues bien podría irse con el otro. Todavía no nos cobra por protegernos, pero todo puede llegar. De momento, no hay quien le haga pagar tributos locales y sigue ninguneando a los trabajadores civiles de las bases. La explicación es muy sencilla: EE UU ya creen estar pagando con protegernos.
Tal vez la dirección del PSOE debería ir pensando en reconsiderar su posición, a partir de la evidencia: que el único camino que nos han dejado a los andaluces es el que la gente entiende: bases fuera.
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