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La guerra y la debilidad económica hunden las bolsas en el primer trimestre

El Ibex 35 registra una de las bajadas más suaves, del 2,76% entre enero y marzo

El desarrollo de la invasión de Irak y la situación económica han vuelto a sacudir con fuerza a las bolsas. El Ibex 35 perdió ayer el 2,63% y en el trimestre cae el 2,76%. La Bolsa de Francfort es la más castigada en Europa, con una pérdida del 3,85% ayer y del 16,21% en el trimestre. París perdía el 4,19% en la sesión y el 14,54% en el año, y Wall Street perdía el 1,83% a media sesión y más del 4% en el año. Las críticas por la guerra se han extendido entre los inversores, hasta ahora poco inclinados en general a cuestionar las decisiones del sistema, debido a la creciente debilidad económica.

El Ibex 35 volvió a perder ayer el nivel de los 6.000 puntos, al ceder en la sesión el 2,63%. La incertidumbre sobre el desarrollo de la invasión de Irak, que hasta hace unos días se creía fácil y rápida, ha tenido el doble efecto de hacer caer las cotizaciones casi en la misma medida en que arrecian las críticas contra la guerra. En este primer trimestre del año, el Ibex 35 cede el 2,76%, una de las caídas más moderadas de Europa.

La Bolsa de París caía ayer el 4,19% y en el trimestre pierde el 14,54%, mientras que Francfort se lleva el peor castigo en este trimestre entre los mercados europeos con un descenso del 16,21%, tras bajar ayer el 3,85%.La Bolsa de Nueva York, que al inicio de la guerra llegó a sumar beneficios anuales, cedía ayer el 1,83% a media sesión y para el trimestre mostraba un descenso de más del 4%.

Para los inversores, la actual situación supone más incertidumbre y durante más tiempo, lo que provoca la ralentización de su actividad, ya de por sí bastante floja debido a las negativas expectativas económicas. Estas dos variables, la guerra y la debilidad económica, parecen capaces de retroalimentarse recíprocamente hasta cerrar un círculo al que los inversores no ven salida posible. Los índices de confianza publicados ayer en la eurozona muestran nuevos descensos, como corresponde a una situación que está lejos de cambiar de signo.

También ayer se conocía el índice de los gestores de compras en Estados Unidos, que mide el clima de la actividad empresarial, y que en el mes de marzo sufrió una caída de 6,5 puntos, hasta quedar en 48,4.

En este primer trimestre se han conjuntado esos dos factores hasta romper la confianza de los inversores. Por un lado la aventura bélica del Gobierno estadounidense y por otro la creciente debilidad económica. A los inversores se les trató de convencer de que la guerra sería fácil y rápida, al tiempo que indirectamente se relacionaba el final de la guerra con el inicio de la recuperación económica, pues incluso el FMI alertaba recientemente del peligro de recesión en el supuesto de una guerra larga. Así las cosas, cada nuevo revés que sufre el "normal" desarrollo de la guerra se traduce en una nueva vuelta de tuerca en la desconfianza de los inversores, ya bastante erosionada últimamente por el constante retraso de la recuperación económica.

En conjunto, este primer trimestre ha sido una continua amenaza para inversores y consumidores debido a las constantes tensiones alrededor de Irak y al progresivo deterioro de la situación económica que mostraban los indicadores. Tan sólo en el primer mes se dieron en Estados Unidos algunos síntomas de reactivación económica que se tradujeron en una subida del índice Dow Jones por encima de los 8.800 puntos, un 10% más que en la actualidad. También la bolsa española se hizo eco de aquellas expectativas y el Ibex 35 alcanzaba los 6.600 puntos a mediados de enero.

Hasta ahora la mayoría de las bolsas se han movido de manera uniforme, aunque Francfort ha sido una excepción lógica. La economía alemana ha sido la más castigada por la coyuntura económica y en estos momentos se estima que el crecimiento para este ejercicio estará en torno al 0,4%, lo que equivale a admitir que en la actualidad está en recesión. El índice DAX de la bolsa alemana ha llegado a acumular unás pérdidas anuales del 24%, cuando en la primera semana de enero conseguía subir algo más del 9%.

Esperar acontecimientos

La Bolsa española ha sido una de las que ha tenido un comportamiento más moderado en estos tres meses, con oscilaciones menores del 10%, tanto al alza como a la baja, en el Ibex 35. Ha podido influir que las revisiones de las expectativas económicas tardan más tiempo en hacerse públicas. También se espera que la evolución de los resultados de las grandes empresas españolas en este ejercicio sea razonablente buena al haber cargado casi de una sola vez en sus cuentas las millonarias partidas destinadas a equilibrar casi todos sus riesgos, tanto los geográficos -Latinoamérica- como los sectoriales -telecomunicaciones-. Aun así, los inversores prefieren esperar acontecimientos antes que aprovechar los aparentemente buenos precios que ofrecen muchas acciones en estos momentos.

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