Gaddafi pisa el Camp Nou
El hijo del líder libio, presidente y jugador del vigente campeón de Liga de su país, disputará un partido de preparación contra el Barça
A simple vista, uno mira y sólo ve a un equipo de fútbol que aterriza al amanecer en el aeropuerto de Barcelona para hacer un stage durante unos días en la ciudad. Nada fuera de lo normal.
Juega siempre de titular y el entrenador sólo le sustituye cuando así se lo ordena
Después, se observa que a la expedición, de unas 50 personas, la aguardan, además de un par de directivos del Barça, un grupo de niños que, vestidos con la camiseta del Barça unos y con la de otro equipo no reconocible otros, portan ramos de flores. Y si se escudriña un poco más, se descubre cómo uno de los miembros del equipo sale por la puerta de autoridades, acompañado al menos por un par de discretos guardaespaldas, y enfila un lujoso Mercedes que le espera a la salida. Aquí hay algo extraño.
Extraño si no fuera porque el equipo en cuestión es el Al-Itthad, vigente campeón de la Liga libia, cuyo presidente responde al nombre de Al Saadi Gadafi, hijo del líder libio Muammar el Gadafi. Recién llegado de Sao Paulo y en gira por diversos países para preparar la Copa de África, el Al Itthad, que permanecerá en Barcelona al menos hasta final de semana, disputará mañana un encuentro con el Barça en el Camp Nou, con entrada libre para quien quiera observar de cerca las evoluciones del joven Gadafi.
Porque el hijo del mandatario libio no sólo preside el club.Protagonizando una situación seguramente única en el mundo, Al Saadi es, además, jugador. A sus 29 años, juega de centrocampista, como si se tratara de un miembro más del equipo. O casi. Porque algún privilegio tenía que tener ser el propietario e hijo del presidente del país. Gadafi juega siempre de titular los 90 minutos del partido. Excepto los días que no quiere o se cansa antes de tiempo. Cuando eso sucede, se dirige al banquillo y ordena su cambio. Y Giuseppe Dossena, el técnico del equipo, acata sin rechistar la orden. El mundo al revés. "Normalmente, juega siempre los 90 minutos. Sólo se le cambia cuando él quiere", revela Dossena, ex jugador del Sampdoria -disputó contra el Barça la final de la Recopa en 1989- y ex ayudante de Maldini en el banquillo de Paraguay durante el último Mundial. ¿Es obligatorio? "Bueno, obligatorio no, pero sus decisiones no se discuten. Es así y así hay que afrontarlo; no vale la pena hacer de ello un problema", abunda Dossena, perfectamente consciente del rol que desempeña.
Y es que Gadafi, accionista también del Juventus, hace siempre lo que quiere y cuando quiere. Sus encuentros con los periodistas se convocan y desconvocan en cuestión de minutos. Y, se lleven a cabo o no, la advertencia es clara: "Le pueden preguntar sobre lo que quieran, excepto sobre el conflicto bélico en Irak. No habla de política".
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